Lucha en Libia se centra en grupos mercenarios
TRÍPOLI (EFE). Las milicias a las órdenes del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) sostenido por la ONU en Trípoli y de la ciudad-estado de Misrata denunciaron ayer la “fuerte presencia” de mercenarios rusos en la localidad de Sirte y el oasis de Al Yufra, anunciaron que se preparan para expulsarlos.
En una rueda de prensa, Mohamad Guenunu, portavoz de la “Operación Volcán de la Ira”, que aúna a las milicias de la capital y Misrata, insistió en que esa expulsión “es urgente” ya que los soldados de fortuna, vinculados a la fuerzas bajo el mando del mariscal Jalifa Hafter, tutor del gobierno no reconocido en el este, “se están apropiando de los yacimientos libios”.
Hace unos días, la Compañía Nacional libia de Petróleo (NOC) denunció que una comitiva del Grupo Wagner, una Empresa Privada de Seguridad Militar (PSMC) con amplia experiencia en guerras como la de Dombás (en Ucrania) y Siria, había entrado en el yacimiento petrolero de Al Sahrara, el más importante del oeste de Libia.
La presencia de PSMC extranjeras se ha multiplicado en los últimos meses en Libia, convirtiendo el conflicto en curso desde 2015 en una guerra multinacional, librada por milicias locales y mercenarios procedentes de varios países.
Entre las que apoyan al mariscal Hafter, líder rebelde, destaca el citado Grupo Wagner, que desembarcó en Benghazi en 2018, ha participado en el sitio a Trípoli en 2019 y es propiedad de Yevgeny Prighozhin, amigo personal del presidente ruso, Vladímir Putin.
El GNA cuenta, por su parte, con el apoyo de más de 10.000 mercenarios sirios reclutados y trasladados a Libia por Turquía, principal apoyo del GNA.
Hafter, que además de Rusia cuenta con el respaldo de Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Jordania y Sudán, también ha recurrido a mercenarios sirios.