La Iglesia fustiga la corrupción en pandemia
El obispo de Carapeguá, monseñor Celestino Ocampo, lamentó que en plena pandemia del covid-19 no hayan parado la delincuencia y la corrupción, “que son aliadas inseparables de la impunidad”. Fue durante la misa en honor a San Buenaventura, en Yaguarón.
YAGUARÓN (Emilce Ramírez, de nuestra redacción regional). La misa en honor del protector espiritual de este distrito, San Buenaventura, se realizó a puertas cerradas. Luego se realizó una caravana de vehículos que fue encabezada por una carroza en la que fue llevada la imagen del venerado santo adornado con flores.
Durante la homilía de la misa principal, el obispo de la diócesis de Carapeguá, monseñor Celestino Ocampo, dijo que la pandemia del covid-19 dejó al descubierto muchas falencias en casi todas las instituciones, hecho que es preocupante, según manifestó. Añadió que es triste que en medio de la crisis sanitaria no hayan parado la delincuencia y la corrupción, que son aliadas inseparables de la impunidad.
Monseñor Ocampo dijo que da pena escuchar que mucha gente, en vez de direccionar todos los recursos del Estado para paliar las necesidades perentorias de salud, están maquinando para sacar provecho personal o sectorial. “Manipulan las licitaciones y adjudican compras de insumos a empresas amigas y abultando de manera desvergonzada los precios de los productos”, lamentó.
Agregó que se sabe que hay gente muy honesta, que se está empeñando en sus funciones, de corazón, queriendo hacer bien las cosas, pero que “a veces el entorno hace que las cosas no funcionen”. Advirtió que “si no se superan las injusticias y la inequidad y si la corrupción sigue caminando de la mano de la impunidad, lastimosamente los ricos cada vez van a ser más ricos a costa de los pobres que van a ser cada vez más pobres”.
“Estos males son mucho más peligros y mortales que el coronavirus”, enfatizó.
Ante estos males el cristiano no puede permanecer indiferente, dijo. “Tenemos que levantar nuestra voz profética anunciando la palabra de Dios y denunciando los males que nos aquejan y exigiendo justicia para todos”, subrayó.
Todos somos vulnerables
El obispo diocesano dijo que hemos descubierto que somos extremadamente vulnerables porque solos no podemos hacer nada. “Hemos tomado conciencia que nos necesitamos entre todos para hacer frente a este mal que vino a desestabilizarnos”, expresó el pastor católico.
“Este virus muy peligroso que causó y sigue causando estragos en todo el mundo puso de rodillas a toda la humanidad. Hasta los más poderosos y potentados se rinden ante este virus y se dieron cuenta de que de nada sirven el poder, el dinero, ni sus ejércitos”, dijo.