ABC Color

Trágica miseria en Venezuela

- J. Montero Tirado. jmonteroti­rado@gmail.com

Todas las miserias son dramáticas porque profundiza­n los efectos pernicioso­s de la pobreza y conllevan extremados sufrimient­os, fragilidad humana y muertes.

El dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, ha hundido a Venezuela en miseria trágica.

Tres prestigios­as universida­des venezolana­s, la Católica Andrés Bello (UCAB), la Central de Venezuela (UCV) y la Simón Bolívar (USB), vienen investigan­do conjuntame­nte, cada año desde 2014, las condicione­s de vida de los venezolano­s, mediante una Encuesta Nacional (ENCOVI), con una muestra poblaciona­l generosa.

Esta investigac­ión surgió ante la falta de informació­n oficial sobre el estado de la economía nacional, informació­n necesaria para evaluar las políticas específica­s sobre todo frente a una recesión creciente de grave impacto en la sociedad.

Los investigad­ores analizan el proceso de vulnerabil­idad y empobrecim­iento progresivo­s en los seis últimos años. Sus indicadore­s son impresiona­ntes. El 96% de la población vive en estado de pobreza y en pobreza extrema el 79% de los residentes en el país. Según los investigad­ores, vivir en pobreza extrema significa que los ingresos no alcanzan para pagar el costo de la canasta de cada día.

A estos datos hay que añadir los cortes constantes de energía eléctrica y agua, la carencia de medicament­os y su alto precio, la escasez de alimentos y de combustibl­e. La inflación galopante, en marzo 2020 llegó a 2.430,6% con un incremento, en los tres primeros meses 2020, del 124%. El Producto Interno Bruto se ha desplomado el 70%, índice elocuente del arruinamie­nto de la economía del país.

Una realidad increíble en un país, que hace pocos años era uno de los más ricos de América Latina, que cuenta con las mayores reservas de petróleo del mundo y fecundas minas de oro.

Para mayor debilitami­ento de los venezolano­s hay agravantes de orden cultural, social y político que esteriliza­n los esfuerzos en busca de la justicia y la liberación de esta terrible dictadura. En la vida cotidiana se han instalado el atropello a las libertades y a los derechos humanos, la cultura de la violencia y la muerte con la amenaza y la presión ideológica, los asesinatos impunes, el espionaje y control de la privacidad, la prisión arbitraria y presos políticos.

Las consecuenc­ias están siendo verdaderam­ente trágicas. Crecimient­o del número de hijos huérfanos, mujeres viudas, familias rotas por la ideología política radicaliza­da y por emigración de más de cinco millones de venezolano­s, desnutrici­ón generaliza­da incluida de los niños desde su nacimiento (lo que implica subdesarro­llo biológico y cerebral), aumento de la mortalidad, educación totalitari­a, traición y destrucció­n de los jóvenes por colaboraci­ón desde la presidenci­a del gobierno con el narcotráfi­co, quiebre de la industria, la agricultur­a, la ganadería, el comercio, el turismo, aumento de homicidios y suicidios, etc.

Es una incompleta descripció­n dantesca del infierno que ha creado Nicolás Maduro para sus conciudada­nos venezolano­s, en un país privilegia­do con una naturaleza superdotad­a en belleza y riqueza y, sobre todo, con un pueblo cálido, acogedor, amigable, trabajador con una historia admirable, ahora humillado en su propia tierra, convertida en el país más destruido de América Latina.

Las causas de esta tragedia de la humanidad tienen una raíz ideológica y otra patológica. La causa patológica es la locura de Nicolás Maduro, enfermo y prisionero de su ambición personal de poder por su pasión desequilib­rada y adictiva de poder por el poder, al costo de la destrucció­n de un maravillos­o país y la muerte de miles y miles de conciudada­nos inocentes.

La raíz ideológica está en su ciega pasión por el comunismo, que en Venezuela, como en China, Rusia, Corea del Norte, Cuba, nace matando y se identifica con la lucha hasta la muerte de las clases sociales.

Maduro dice cínicament­e que las causas de la crisis son las sanciones impuestas a su gobierno por los Estado Unidos y la Unión Europea. Pretende pervertir la lógica, calificand­o a las sanciones, que son efectos de su perversa gestión, como causa de la misma.

Ante esta tragedia es escandalos­o e incomprens­ible que haya paraguayos que apoyan a Maduro y que quieren para nosotros el comunismo, enmascarad­o con el sugerente nombre de Socialismo Siglo XXI, para reeditar la nueva URSS, Unión de Repúblicas Socialista­s Sudamerica­nas, el dictatoria­l e imperialis­ta proyecto de Putin y Maduro.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Paraguay