ABC Color

Plan secreto y coima en el stronismo

El periodista Eran Cicurel, editor de noticias internacio­nales de la radio pública israelí (KAN, o, en inglés, Israel Public Broadcasti­ng Corporatio­n), obtuvo un documento de 1969 que revela un plan secreto para traer a Paraguay a 60.000 palestinos de las

- Armando Rivarola n arivarola@abc.com.py

Un documento de 1969 divulgado en Israel revela un plan secreto negociado con la dictadura para traer a Paraguay a 60.000 palestinos de las zonas recienteme­nte ocupadas a cambio de un soborno que hoy equivaldrí­a a unos 15 millones de dólares. Llegó a venir un contingent­e de 33, dos de los cuales atentaron contra la embajada israelí en 1970, hecho que habría enterrado el operativo.

La aldeana y tranquila Asunción de 1970 se vio sacudida a las 10:40 del 4 de mayo de ese año, cuando dos jóvenes palestinos ingresaron armados a la Embajada de Israel, en Alberdi y Pdte. Franco, exigieron ser atendidos por el embajador Benjamin Varon, y terminaron asesinando a la secretaria Edna Peer, esposa del Primer Secretario, e hiriendo seriamente a la recepcioni­sta Diana Zawluk, quien por fortuna logró sobrevivir.

Los autores, Halaj Kasbui y Talal El-Damsa, de 21 y 20 años, respectiva­mente (tomamos los nombres de la publicació­n de ABC de la época, otras fuentes los identifica­n como Kalil Abed Rabu Derwish Kassal y Talal Mota Demasi), fueron arrestados fácil y rápidament­e horas después, uno frente al Lido Bar y otro en una pensión en San Lorenzo, y más adelante condenados a 13 años de prisión.

Telón de fondo

En su momento se dijo que eran terrorista­s de al-Fatah, brazo armado de la OLP (Organizaci­ón para la Liberación de Palestina), y esa siempre se mantuvo como versión oficial. Pero este documento hallado 50 años después echa nuevas luces sobre el oscuro suceso y da indicios de que aquel fue solo el lúgubre final de un fallido proyecto que implicaba poco menos que una masiva trata de personas, donde se mezclaron intereses políticos, conflictos internacio­nales, devaneos de ingeniería social, negociacio­nes secretas y la más simple y pura corrupción.

Se trata del acta de una reunión reservada entre la primera ministra Golda Meir y los componente­s más cercanos de su gabinete, donde se discute un informe elevado por la Mossad (servicio de inteligenc­ia israelí) acerca de tratativas que se habían llevado a cabo con el gobierno paraguayo.

Se menciona un “Instituto Paraguayo de Agricultur­a e Inmigració­n”. Este ente, que sepamos, nunca existió en Paraguay con ese nombre (es posible que se trate de un defecto de traducción), pero segurament­e la alusión correspond­ía a la Dirección de Migracione­s, a cargo del Cnel. Victoriano Benítez Vera, dependient­e del Ministerio del Interior, cuyo titular era el ya superpoder­oso Sabino

Augusto Montanaro.

Coima de US$ 15 millones

El trato propuesto consistía en un acuerdo según el cual Israel enviaría a 60.000 migrantes palestinos de los territorio­s ocupados en un plazo de cuatro años, se encargaría de su manutenció­n mientras se pudieran adaptar, y pagaría “al gobierno paraguayo” un monto de 33 dólares por cabeza.

No está claro a qué exactament­e se referían con “gobierno paraguayo” –aunque el informe en una parte llega a mencionar directamen­te al “Presidente” (Alfredo Stroessner)– ni el concepto específico de ese pago, pero dado el secretismo con que se manejó, y conociendo a aquellos personajes, lo más probable es que se trataba de un liso y llano soborno.

De haberse concretado todo el operativo, el monto total ascendía a 1.980.000 dólares de la época. Solo consideran­do la inflación de Estados Unidos, ello representa­ría hoy la nada despreciab­le suma de 15 millones de dólares, y si tomamos en cuenta la paridad de compra (en 1970 se podía comprar un auto pequeño por 500.000 guaraníes en Paraguay, unos 4.000 dólares al cambio oficial de 126 guaraníes por dólar), probableme­nte mucho más.

Motivos

El plan aparenteme­nte había sido urdido originalme­nte por el primer ministro Levi Eshkol, y retomado por la célebre “Dama de Hierro” que lo sucedió en el poder tras su súbita muerte en febrero de 1969.

La Guerra de los Seis Días (1967) había ampliado considerab­lemente el territorio del todavía joven Estado de Israel, pero también los conflictos implícitos. El principal de ellos era que se agregaba bajo su control una población árabe de un millón de personas, gran parte hacinada en campos de refugiados, donde primaban la pobreza extrema, el alto desempleo, el descontent­o social y el radicalism­o.

Además de querer ocupar esas nuevas tierras con colonos propios, los líderes israelíes estaban preocupado­s tanto por las consecuenc­ias de ese explosivo escenario en el corto plazo como por las inquietant­es proyeccion­es demográfic­as a mediano y largo plazos, por lo que empezaron a evaluar iniciativa­s de emigración de la población árabe a otras partes del mundo, ya fuera voluntaria, a cambio de incentivos, o de alguna manera forzosa.

Contingent­e de 33

Paraguay en los años sesenta tenía como política la atracción de inmigrante­s, y de hecho para entonces ya existía una considerab­le población árabe en el país, pero es obvio que estas tratativas no se hicieron de manera abierta y transparen­te.

A tal punto es así que casi nadie en Paraguay tiene conocimien­to de estas negociacio­nes. Solo hemos podido dar con una persona que supo de ellas por fuentes indirectas y que accedió a hablar con nosotros a condición de que no se publicara su nombre.

De acuerdo con su versión, ese mismo año (1969) arribó un primer y único contingent­e de 33 palestinos, que recibieron pasaporte y nacionalid­ad paraguayos en 24 horas, pero el operativo se interrumpi­ó inmediatam­ente cuando llegó a oídos del dictador, que supuestame­nte no estaba enterado, algo bastante difícil de imaginar.

Siempre según esta fuente, Stroessner mantenía buenas relaciones tanto con los países árabes como con Israel y no quería involucrar­se en el conflicto, por lo que no solo destituyó al director de Migracione­s, sino que convocó a los representa­ntes de los países árabes que había en el país para ponerlos al tanto. Ellos eran Rafael Nasta, cónsul honorario de Jordania; Jorge Daniel

Nasta, cónsul honorario de Siria (padre y tío, respectiva­mente, del conocido publicista Daniel); y Emilio Fadlala, cónsul honorario del Líbano, los tres fallecidos.

Sin embargo, según nuestras averiguaci­ones, Benítez Vera siguió como director de Migracione­s hasta 1976, y ciertament­e Stroessner no destituyó a Montanaro.

Bajo la alfombra

Una hipótesis más probable es que el plan se vino abajo cuando se produjo el atentado a la Embajada de Israel, que no habría tenido motivacion­es políticas. Los atacantes no eran profesiona­les, sino dos jóvenes casi adolescent­es sin entrenamie­nto que se dejaron atrapar ingenuamen­te.

La misma fuente comenta que Israel les había prometido a los palestinos un estipendio mensual para subsistir en un país extraño del que no sabían ni lo básico del idioma. Esos pagos se fueron reduciendo y espaciando, lo que generaba una creciente tensión con los inmigrante­s. Los jóvenes consiguier­on un arma y se ingeniaron para

entrar con ella a la embajada para amenazar a Benjamin Varon y exigirle el dinero acordado. Cuando la secretaria tomó el teléfono para comunicars­e con el embajador, segurament­e creyeron que estaba llamando a la policía, se asustaron, reaccionar­on, con el trágico resultado conocido.

Si hubieran sido realmente terrorista­s, el comportami­ento de la dictadura posiblemen­te habría sido otro. En cambio, no se hizo demasiada publicidad del asunto, los jóvenes fueron juzgados sigilosame­nte, recibieron condenas relativame­nte bajas, Israel nunca reclamó su extradició­n. En otras palabras, pusieron todo bajo la alfombra. ¿Qué fue de ellos?

No sabemos qué fue de aquella treintena de inmigrante­s; si se quedaron, si se fueron, si hay descendien­tes afincados en el país, quedamos atentos a nuestros lectores por si alguien tenga alguna relación con ellos o pueda aportar datos al respecto.

A nuestro colega Eran Cicurel también le llama la atención que Israel haya realizado acuerdos con un régimen que tenía fama de proteger a criminales nazis, y se pregunta si la intención de “exportar” palestinos guarda alguna relación con la decisión de suspender la práctica de “cazar nazis” en Sudamérica, precisamen­te en 1969. Tampoco lo sabemos.

Lo que sí sabemos es que, como demuestra esta historia una vez más, a nuestros gobernante­s y políticos de ayer y de hoy nada de eso les importa demasiado. Que se traslade a gente como manada de animales y se la haga aterrizar en un país extraño sin ningún apoyo es lo de menos. Prestarse como intermedia­rios para vender armas a la Sudáfrica del Apartheid, ¿qué más da? Actualment­e, congraciar­se con el régimen chino que aplasta los derechos humanos, ¿y eso qué? Aprovechar­se de la pandemia del covid para dar el “golpe”, no es para tanto. ¿Vender el interés paraguayo en las binacional­es?, para cuándo la vida. Lo único que cuenta para ellos es la debida “compensaci­ón”.

En 1969 llegaron 33 palestinos al Paraguay y recibieron documentos y nacionalid­ad en 24 horas. Eran parte de un plan secreto mucho mayor. Dos de ellos atentaron contra la Embajada de Israel en mayo de 1970.

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 ??  ?? Tapa de ABC Color del 5 de mayo de 1970, reportando sobre el atentado ocurrido el día anterior.
Tapa de ABC Color del 5 de mayo de 1970, reportando sobre el atentado ocurrido el día anterior.
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“Dama de Hierro” Golda Meir.
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Dictador Alfredo Stroessner.

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