La triste historia del líder ayoreo vendido de niño
El líder ayoreo de la comunidad Ebetogue, Aduguede Cutamurajai, más conocido como “Tito”, falleció el miércoles último. La antropóloga Paola Canova, quien trabajó con el nativo, lo recordó como un soñador. Tito, padre de familia, efectivamente tenía sueños de que mejore la calidad de vida de su pueblo y se esforzó para lograrlo.
FILADELFIA, Chaco (Marvin Duerksen, corresponsal). Aduguede Cutamurajai era un gran líder nativo. A los 52 años de edad concluyó el bachillerato y hace cinco años se recibió como agente socializador de escuelas indígenas, después de enseñar por muchos años en diferentes comunidades.
Pero, su sueño era recibirse de abogado “para ayudar a mi gente”. Comenzó a estudiar derecho, pero sus condiciones económicas y su salud no le permitieron terminar la carrera.
Hablaba bien el castellano porque cuando era niño fue vendido por su propio padre para poder comprar alimentos. De esa manera llegó a la Región Oriental donde terminó la escuela primaria y después volvió al Chaco, ya siendo adolescente, y se reencontró con su padre.
Esta dura experiencia le dio un conocimiento transcultural, sin perder sus raíces. Así, por ejemplo, estaba a favor de una ganadería moderada para ayudar a las comunidades, pero dejando mucho monte para recorridas de los ancianos.
Era un duro crítico de algunas ONG que, según él, usan el nombre “ayoreo” para conseguir dinero en Europa, pero no les ayudan. Por eso en los últimos años ya solo quería trabajar con instituciones locales.
Fue el principal impulsor de la fundación de la Asociación Tiegosode de Uejai del Paraguay (ATUP). Esta organización ayorea que presentó el año pasado una solicitud al Ministerio del Ambiente para que contraten a ayoreos para desempeñarse como guardaparques de los parques Defensores del Chaco, Médanos del Chaco, Teniente Enciso y Cerro Cabrera-Timané.
Recordó siempre al Cerro León como su lugar de nacimiento, cuando los ayoreos vivían todavía sin contacto con los blancos. “De aquí vengo, aquí vivíamos antes. Esto es tierra de nosotros. Para nosotros estas tierras son para entrar y cazar un chancho, solo para comer nomás, no para vender. Quiero que se respete a los ayoreos, no queremos que se destruyan los parques, queremos proteger esta tierra, para que nuestros hijos y nietos puedan ver cómo vivían nuestros padres antes”, dijo en una ocasión.
También era buen traductor en reuniones y ante la justicia en los casos que involucraban a ayoreos. Hace cinco años fue traductor en una entrevista de nuestro diario con los ancianos Yacamai Chiquenoi, Asua Dosape y Josajade Posarajai, que manifestaron preocupación por el futuro del Cerro León.