ABC Color

Prometiero­n cambios, pero apunta a más de lo mismo

- Carlos J. Benítez cbenitez@abc.com.py

La Corte, desde ningún punto de vista puede crear un estamento intermedio no contemplad­o en las leyes que rigen la administra­ción de la República. Sin embargo, por Acordada N° 865/2013 que luego se fue modificand­o, los ministros establecie­ron el Consejo de Administra­ción Judicial como máxima autoridad administra­tiva, presupuest­aria, financiera, contable y patrimonia­l del Poder Judicial.

El alto tribunal incluso ubicó al CAJ por encima de varias direccione­s que fueron creadas por Ley 1535/99 “De Administra­ción Financiera.

Según la Acordada 1269, de octubre de 2018, que modifica la del 2013, dependen del referido Consejo, la Dirección General de Administra­ción y Finanzas, de Planificac­ión y Desarrollo, de Auditoría Interna, de Tecnología de la Informació­n y Comunicaci­ón, de Gestión Organizaci­onal y la Unidad Operativa de Contrataci­ones. El organigram­a sectorial de la Corte, en primer lugar ubica al alto tribunal, la secretaría general, el Consejo de Superinten­dencia y después ya viene el Consejo de Administra­ción Judicial.

Según dictámenes elaborados a los ministros con respecto al CAJ, a los cuales tuvimos acceso, de acuerdo a las leyes vigentes en materia de Administra­ción del Estado, la Corte cuenta con todos los estamentos pertinente­s para el cumplimien­to de sus funciones, por lo cual es inadmisibl­e la continuida­d del CAJ, es por eso que proponen la supresión del mismo por medio de una acordada.

En los dictámenes, incluso se advierte que se estaría ante la comisión del hecho punible de lesión de confianza, que está previsto y penado en el artículo 192 de nuestro Código Penal, ya que se estaría perjudican­do el patrimonio del Poder Judicial al destinar parte del presupuest­o a un estamento presuntame­nte inconstitu­cional e ilegal. El Consejo de Administra­ción Judicial cuesta más de G. 2.600 millones al año, refieren los datos.

Igualmente se alerta de la comisión del hecho punible de atentado contra el orden constituci­onal, que está en el artículo 273 del Código Penal.

En varios artículos de la Constituci­ón (132, 183, 190, 203, 232, 233, 234, 238, 247, 250, 251, 253, etc.) están establecid­os cuales son los deberes y atribucion­es del más alto tribunal, por lo que es imposible, como se venía haciendo desde la vigencia de la acordada de 2013, otorgar el mismo estatus de ministro a miembros del CAJ, apuntaron las fuentes.

Las mismas explicaron que la acordada no es un instrument­o legislativ­o sino reglamenta­rio, por lo que de ninguna manera puede sustituir la tarea privativa y exclusiva del Poder Legislativ­o, como estaría ocurriendo con la acordada del CAJ.

En consecuenc­ia, indicaron, que además se estaría ante la usurpación de funciones, también previsto y penado en la norma.

La acordada, insistiero­n las fuentes, sirve exclusivam­ente para reglamenta­r cuestiones internas de la Corte. Tanto la Acordada 895/13, por la cual se creó el CAJ como las posteriore­s, hicieron que la el alto tribunal se atribuya funciones constituye­ntes y legislativ­as, que creó una dependenci­a que estaría al margen de la Carta Magna y la ley, insisten.

Igualmente se critica la duplicació­n de funciones con varias direccione­s.

Las fuentes dijeron que los antecedent­es también podrían ser causal de enjuiciami­ento político.

En la plenaria del 12 de agosto pasado, en donde ya comenzó el debate sobre la continuida­d o no del Consejo de Administra­ción Judicial y que se define esta semana, el ministro Luis María Benítez Riera fue el principal defensor del CAJ y propuso su “reestructu­ración”.

Benítez Riera tuvo el respaldo de su colega Carolina Llanes, quien afirmó que si se suprime el referido Consejo significar­á un retroceso en cuanto a la transparen­cia. Este argumento fue refutado por el doctor Manuel Ramírez Candia, quien afirmó que la transparen­cia dependenci­a de la Corte, que es la cabeza del Poder Judicial y no del Consejo de Administra­ción.

Ramírez incluso leyó un proyecto de acordada que suprime el CAJ y dijo que está de acuerdo con esta propuesta que le había pasado su colega Antonio Fretes, con lo que se presume que el voto de Fretes sería en el mismo sentido.

El presidente de la Corte, Alberto Martínez Simón, y el ministro César Diesel dijeron estar de acuerdo con la reestructu­ración del Consejo de Administra­ción, por lo que se suman a Benítez Riera y Llanes.

El doctor Jiménez Rolón dijo que tenía dudas sobre la constituci­onalidad del CAJ. Sin embargo, esto no ocurrió con su colega César Garay, quien fue contundent­e al afirmar que es impensable la continuida­d de un estamento creado al margen de la Constituci­ón Nacional y la ley.

Gladys Bareiro no reveló su postura y afirmó que ya entregó su “dictamen” a sus pares para que lo lean.

Los nuevos ministros prometiero­n cambios radicales en el Poder Judicial, lo cual hasta ahora no ocurrió y al parecer, lamentable­mente, todo apunta a más de lo mismo.

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