Difícil ambiente médico
CIUDAD DEL ESTE. (Tereza Fretes Alonso, corresponsal). La labor de los trabajadores de la salud nunca fue fácil, la enorme carga de salvar vidas siempre es motivo de presión. Con la pandemia del covid-19 la situación se desbordó a tal punto de quebrarlos.
El doctor Enrique Maldonado es uno de los 80 médicos que presta servicios en el Hospital Integrado Respiratorio de Alto Paraná y afirma que, sin lugar a dudas, la situación que se está viviendo y la lucha contra esta enfermedad les va a marcar para siempre.
El médico, que lleva diez años en la profesión y desde julio pasado presta servicios en el mencionado centro asistencial que atiende de forma exclusiva a pacientes con covid-19, contó lo delicado que es cumplir las guardias, pues lejos del contacto humano que considera fundamental en la atención de los pacientes, ahora lo deben hacer escondidos detrás de un enorme traje de bioseguridad. “Estamos en fase continúa de adaptación.
Lo que estamos viviendo requiere de un espíritu fuerte porque son situaciones difíciles de vivir. No creo que ningún médico en todo el mundo se haya preparado de alguna forma para afrontar esto”, dijo.
Según el doctor, como personal de blanco es normal enfrentar situaciones complicadas y ver de cerca el sufrimiento más fuerte, pero aseguró que antes de la pandemia la probabilidad de ver la muerte de un paciente era de unos diez sucesos al año. Ahora, con el avance del covid-19 presencian hasta tres muertes en un día.
A esto se suma la contención emocional que deben prestar al paciente, ya que estos no pueden recibir las visitas de familiares ni amigos. La situación se complica aún más cuando se trata de pacientes de la tercera edad. Según el médico, los pacientes internados también viven en un ambiente muy tenso, y son afectados cuando ven que su compañero de sala se complica, que pasa a terapia intensiva. “Se habla mucho de los médicos héroes, pero para nosotros, son aquellos que están peleando contra la enfermedad los verdaderos héroes. El que está enfermo evalúa demasiadas circunstancias de su vida, teme la muerte. Muchos empeoran por esa ansiedad y por ver que hay gente que está muy mal. Hasta los ruidos de los monitores crean un ambiente que hace difícil que estén tranquilos”, relata con impotencia.
Aseguró además, que los médicos y enfermeros no se limitan a aplicar medicamentos y seguir el tratamiento, sino que además buscan dar un acompañamiento cercano para tranquilizar al paciente. “Todos los días vemos algo impactante, momentos muy difíciles hasta para profesionales de mucha experiencia. Vi a médicos llorar de la impotencia sin poder darse el lujo de parar, no había tiempo, no quedaba otra que lavarnos la cara y volver al frente”, sostuvo.
Maldonado instó a los médicos, enfermeros y todo el personal involucrado a superar los tiempos difíciles y sacar lo mejor entre todos.