Hay 380 campos de concentración en China
El Instituto de Políticas Estratégicas (ASPI), creado por el gobierno australiano, identificó mediante imágenes de satélite, testimonios, artículos de prensa y licitaciones públicas en la industria de la construcción “más de 380” campos de concentración del régimen comunista de China continental.
Los investigadores consideran estos establecimientos, que tendrían funciones y tamaños muy diferentes, según la denominación que el régimen totalitario comunista les asigna o la función real que tengan, como “campos de reeducación”, “centros de detención” o “prisiones”.
La cifra representa un aumento de alrededor del 40% con respecto a las estimaciones anteriores y “al menos 61 centros de detención fueron objeto de nuevas construcciones y ampliaciones entre julio de 2019 y julio de 2020”, según el estudio, que reseña la agencia AFP.
China tiene 380 “presuntos centros de detención” en Xinjiang, una región al noroeste del país, una red que ha crecido con el fortalecimiento de la política de seguridad, según la investigación publicada por el instituto australiano.
En esta inmensa región semidesértica, golpeada desde hace tiempo por ataques
atribuidos a miembros de la etnia musulmana de los uigures, las autoridades chinas está reforzando su control en nombre de la lucha contra el terrorismo.
Más de un millón de personas, principalmente musulmanas uigures, han sido internadas en diversos campos, según las organizaciones de derechos humanos.
La dictadura comunista china dice que son “centros de formación profesional”, cuyo objetivo es ayudar a las personas a encontrar trabajo y así mantenerlas alejadas del extremismo religioso.
En su investigación el Instituto de Políticas Estratégicas (ASPI), con sede en la ciudad australiana de Canberra y creado por el gobierno australiano, informó que identificó mediante imágenes de satélite, testimonios, artículos de prensa y licitaciones públicas en la industria de la construcción “más de 380 presuntos lugares de detención” en Xinjiang. Reacción de Pekín
Días atrás, Estados Unidos ya había prohibido la importación de productos provenientes de la región de Xinjiang, precisamente para luchar contra el “trabajo forzado” de los uigures.
El principal grupo étnico de Xinjiang son los uigures, en su mayoría musulmanes y que hablan un idioma relacionado con el turco.
La cámara de representantes estadounidense aprobó el martes por abrumadora mayoría el proyecto de ley sobre Xinjiang.
Aún debe ser aprobado por el Senado y promulgado por su presidente Donald Trump para entrar en vigor.
El texto prohíbe la mayor parte de las importaciones procedentes de esta región, con el fin de bloquear la entrada en Estados Unidos de productos procedentes del “trabajo forzado” de los uigures.
Pekín reaccionó, acusando a Washington de “difamar” a China sobre la cuestión de los derechos humanos.
“El llamado trabajo forzado (en Xinjiang) es una invención de ciertos individuos y organizaciones en Occidente”, alegó ante un portavoz del régimen chino, Wang Wenbin.
“China expresa su fuerte indignación y su firme oposición”, fustigó Wenbin, asegurando que su país presentó una protesta oficial ante Estados Unidos.