Crecer para adentro
El miércoles 23 de setiembre la ministra de Trabajo y Seguridad Social, Carla Bacigalupo, asistió al lanzamiento de un pomposamente denominado “Plan de certificación ocupacional” en la Gobernación de Itapúa. El “lanzamiento” es más para la foto y dar una imagen de que se está “haciendo” algo antes que buscar soluciones reales a problemas reales. La gente no trabaja no porque no tiene una certificación de costurera, albañil o pintor de obras. La gente no trabaja porque no hay ofertas de trabajo, y particularmente en Encarnación, un gran número de gente no trabaja porque la “panacea” del contrabando hormiga, que ocupa incluso a pobladores de distritos vecinos, está restringida por el cierre de fronteras. Si sumamos miles de compatriotas que a diario cruzaban el puente para trabajar de albañiles, pintores de obras o empleadas domésticas en Posadas, el panorama es aún más desalentador. Se habla hasta el cansancio de “reconversión laboral” sin que nadie tenga la más pálida idea de qué hacer para dar una ocupación alternativa a miles de personas que se acostumbraron a un modelo de actividad económica informal; mezcla de ilegalidad y facilismo. Funcional a un esquema de contrabando de gran envergadura que crece a la vista de todos, con la complicidad fiscalizadores del Estado. Es lógico que en un modelo que prioriza la triangulación y la especulación no exista un ejercicio de generación de riquezas a través de la producción. El cierre de fronteras nos está mostrando con toda su crudeza esta realidad. Se nos cortó la canilla del contrabando y estamos todos desesperados. Deberíamos aprender la lección y promover el crecimiento hacia adentro. Sustituir el contrabando por la producción, fomentar la creación de riquezas en lugar de la especulación, proteger y potenciar el desarrollo de los pequeños productores que desde hace años vienen siendo devorados por un modelo agroexportador que no da cabida a los “débiles”. Un grueso de la población que ocupa los cordones de pobreza en los alrededores de Asunción y las ciudades de frontera es resultado de ese desplazamiento forzoso. Revertir esta situación podría ser la salida que nos enseña esta pandemia. Seguramente no será tarea fácil, pero es un gran desafío, para todos. Requerirá del impulso de algún patriota, si es que hay alguno en el gobierno. Ya en la época del Dr. Francia se practicó el crecimiento para adentro. No es mala idea echarle una mirada a ese modelo.