Ocultaron G. 184.000 millones del fisco
Ramón González Daher y su hijo Fernando González Karjallo, hoy imputados por lavado de dinero y usura, ocultaron del Estado paraguayo cerca de G. 184.000 millones, según se desprende de los datos que constan en la incriminación presentada por la Fiscalía hace ya más de un año.
Entre 2013 y 2018, el patrimonio de Ramón González Daher y su hijo experimentó un crecimiento de G. 205.000 millones, según datos de la investigación del Ministerio Público.
Sin embargo, los mismos declararon apenas G. 21.000 millones de crecimiento patrimonial durante ese mismo período ante Tributación.
En resumen, ambos habrían ocultado del fisco alrededor de G. 184.000 millones, equivalentes a unos US$ 30 millones.
Para justificar el movimiento de dinero ante los bancos, dichos exdirigentes deportivos declaraban ingresos por alquiler de inmuebles y presentaban hasta contratos como respaldo; cuando en realidad el dinero habría llegado de los intereses de los préstamos usurarios que ambos entregaban.
Ni González Daher ni su hijo se registraron ante el Banco Central del Paraguay (BCP) ni ante la Seprelad como prestamistas.
G. 8 billones de movimiento
En agosto de 2018, la Secretaría de Prevención de
Lavado de Dinero (Seprelad) había alertado un movimiento de dinero descomunal, de origen desconocido o sin fundamento, por parte del clan encabezado por el exsenador colorado cartista Óscar González Daher y su hermano Ramón, exdirigente del Sportivo Luqueño y de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF).
Seprelad llegó a señalar que Ramón González Daher realizó movimientos de dinero por cerca de G. 7,9
billones. A nombre de ese exdirectivo de la APF figuran inversiones y bonos en el extranjero por valor de US$ 16 millones.
Ramón González Daher se encargaba del movimiento de dinero, atendiendo a que su hermano, el ahora exsenador, estaba más expuesto al ocupar un cargo público que lo obligaba a presentar Declaraciones Juradas.
Curiosamente, ningún organismo financiero ni de control detectó antes lo que hacía el clan luqueño. Gracias a esta “ceguera”, operaron impunes.