Suspicacias
En la ciudadanía caacupeña causó revuelo la intención de lotear un predio de una hectárea ubicado al costado del oratorio Tupãsy Ykua, que es utilizado como plaza pública, cancha de fútbol y, de acuerdo a los lugareños, como espacio de descanso de carreteros y peregrinos durante la fiesta de la Virgen de los Milagros de Caacupé desde hace más de 50 años. Hay muchas versiones sobre los propietarios del inmueble, algunos dicen que son tres familias, que poseen una parte cada una. Otros dicen que el inmueble fue reservado para plaza pública por el primer dueño cuando realizó un loteamiento de cinco hectáreas en la zona.
Sin embargo, hasta donde se sabe no existirían documentos al respecto en la Municipalidad y tampoco se observan mejoras sustanciales en el terreno denominado informalmente plaza Yvyraroty.
Hace unos años un grupo de vecinos preocupados por la situación del terreno iniciaron trámites para que sea declarado “de interés comunal, departamental y nacional” con el objetivo de lograr con el tiempo que sea desafectado a favor de la comunidad.
Actualmente la declaración de interés nacional cuenta con media sanción en el Congreso Nacional. Fue aprobado en Diputados y pasó a consideración de Senadores, que debe expedirse. La Municipalidad de Caacupé, administrada por Diego Riveros (PLRA), presentó una nota en la que solicita la expropiación.
El predio estaría valuado en unos G. 1.300 millones que debería ser pagado por el Estado. Es en este punto en que surgen sospechas, pues justo cuando el terreno está en proceso de ser desafectado a favor de la Municipalidad comenzó un loteamiento que ni siquiera cuenta con aprobación de la Junta Municipal.
En las redes sociales ciudadanos lanzan hechos llamativos relacionados con el tema, como el que intendente Riveros haya habilitado una inmobiliaria este año. Hablan de que maneja información privilegiada y utiliza para su beneficio personal, aunque él niega categóricamente esta posibilidad y afirma que como cualquier ciudadano tiene derecho a emprender negocios de cualquier tipo.
Sin embargo, la situación presentada recuerda la frase del emperador Julio César: “La mujer del César no solo debe serlo, sino también parecerlo”.
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