Escandalosas agresiones e impunidad
El pasado día 5 del presente mes de noviembre, el Foro de Diálogo Civil y el Frente Nacional en Defensa de los Derechos Humanos lanzaron al público para toda la ciudadanía y para las instituciones del Estado un “Pronunciamiento contra el Plan Nacional de la Niñez y Adolescencia 2019-2024”, emitido por el Ministerio de la Niñez y Adolescencia de nuestro país, el 12 de diciembre de 2019. Dicho Pronunciamiento “rechaza categóricamente” tal Plan y pide la destitución de sus funciones públicas a los responsables de la producción del propuesto Plan Nacional de Niñez y Adolescencia. El Pronunciamiento es contundente, sus argumentos y pruebas irrefutables y definitivos. Denuncian sólidamente la arbitrariedad, la violación de la Constitución Nacional y de los Derechos Humanos, la lesión a la moral, la prepotencia y abuso de poder imponiendo a todos los niños y adolescentes y consecuentemente a sus padres y familias una ideología, que carece de fundamento científico y atenta a bases fundamentales de la cultura de la mayoría de los paraguayos. La calidad, actualidad y oportunidad de este Pronunciamiento contra el Plan Nacional de Niñez y Adolescencia convierten a este Pronunciamiento en un acontecimiento documental de proyección histórica. Personalmente suscribo todos sus argumentos y me permito acompañar su breve e inspirado texto con algunas reflexiones, como apoyo a sus justas y pertinentes denuncia y demanda. El citado Plan, al imponer la “ideología de género” a todos los niños desde la primera infancia y a los adolescentes, viola además el artículo 74 de la Constitución Nacional, que garantiza en la educación “el derecho al pluralismo ideológico” . La imposición de una ideología (cualquiera que sea) en la educación no está permitida ni es compatible con la democracia, solamente la planifican, la programan y ejecutan los gobiernos totalitarios y es característica de las dictaduras. La ministra de la Niñez y Adolescencia no puede imponer planes ni programas que inciden directamente en la educación, porque, según los artículos 240 y 242 de la Constitución Nacional, la responsabilidad del gobierno, dirección, gestión y administración de la educación, corresponde al Ministro de Educación y Ciencias, bajo la autoridad del Presidente de la República. Por otra parte, el Ministro de Educación y Ciencias y con más razón la ministra de la Niñez y Adolescencia no pueden organizar el sistema educativo e interferir los procesos educativos y decidir las políticas educativas sin la “participación de las comunidades educativas” y sin “consulta permanente a la sociedad a través de las instituciones y organizaciones involucradas en la educación”, de acuerdo a lo mandado en el artículo 76 de la Constitución Nacional y los artículos 12 y 19 de la ley 1264/98 general de educación. Con la imposición de este Plan Nacional se avasalla el “derecho preferente” de los padres de elegir la educación de los hijos (artículos 53 y 74 de la CN, artículo 14 de la Ley General de Educación) y lo acordado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 26 inciso 3. Si no se demuestra lo contrario de lo denunciado en el Pronunciamiento que estoy comentando y en mis breves reflexiones, los autores del Plan y la Sra. ministra de la Niñez y Adolescencia que lo asume y programa, estarán presuntamente incurriendo en violación de la Constitución Nacional, de la Ley General de Educación y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Dicho en otros términos, estamos ante escandalosas agresiones, a la democracia, a la Constitución Nacional y la ley, a las familias, a los niños y a los adolescentes. La sociedad civil ha tenido que reaccionar ante tanto atropello. ¿Dónde está la sociedad política? ¿No hay organismos del Estado, responsables de defender el derecho, la justicia, la democracia, la Constitución y las leyes, el bien común del pueblo? ¿Qué mosca tse-tsé mordió a los partidos políticos? Si el Ministerio de la Niñez y Adolescencia se corrompe, ¿quién toma la antorcha para defender a los niños y adolescentes? Si después del Pronunciamiento contra el “Plan Nacional de Niñez y Adolescencia 2019-2024” todo sigue igual, estaremos ante permisividad cómplice, ante una impunidad más y ante la evidencia de anarquía y desgobierno, que acrecentará peligrosamente el malestar y la indignación de la ciudadanía.