ABC Color

“Permiso” para asaltar salpica a agentes de Policía Nacional

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El jefe y subjefe de la comisaría 1ª de Caazapá fueron destituido­s y demorados en la dirección de Policía. Ambos fueron acusados de haber dado cobertura para un millonario golpe registrado en la zona en la mañana del lunes 30 de agosto pasado, informaron.

Los agentes destituido­s son el oficial inspector Carlos Rubén Ferreira Borja y el suboficial principal Crispín Brizuela Sosa, jefe y subjefe respectiva­mente de la unidad. Ambos fueron llevados bajo resguardo hasta la sede de la dirección de Policía, donde quedaron a cargo de la Fiscalía, señaló el director de la Policía de Caazapá, el comisario general Arsenio Correa.

En la mañana del 30 de agosto, el empresario Domingo Cardozo, junto con su esposa, propietari­os de la firma “Distribuid­ora Cardozo”, transporta­ban unos 1.300 millones de guaraníes a bordo de una camioneta con destino al Banco Nacional de Fomento (BNF) de Villarrica. El dinero era la recaudació­n de unos días de la empresa familiar.

Sin embargo, a poco de salir del casco urbano de Caazapá fueron intercepta­dos por una banda de maleantes. Los criminales armados con armas de guerra obligaron a las víctimas a parar la marcha y luego las despojaron de la millonaria suma y escaparon del lugar.

Tras las investigac­iones efectuadas por agentes del departamen­to Contra el Crimen Organizado fueron detenidos Guido Rolando Rodríguez Segovia (33), alias Gua’í y su esposa la médica Fátima Noemí Dávalos Florentín (39) como dos de los autores materiales, mientras que siguen prófugos los hermanos Wilson Rodrigo y Marcos Antonio Espínola, a más de Derlis Benítez Villagra, alias Pibe.

Precisamen­te, este último habría sido el encargado de “negociar” con los jefes de la comisaría de Caazapá para que estos les “permitiera­n” asestar el millonario golpe en aquella mañana. Es más, los investigad­ores señalaron que el Ministerio Público ya cuenta con los cruces de llamadas entre los uniformado­s y el maleante fugitivo, según informaron.

La sospecha es que ambos policías percibiero­n una suma superior los a los G. 100 millones por haber liberado la zona para que los delincuent­es pudieran dar el golpe y escapar tranquilam­ente. Es más, unos días después del alevoso robo, el suboficial principal Brizuela Sosa compró un vehículo 0 km y al contado de la casa representa­nte.

Pero lo más grave y también debe ser investigad­o es que uno de los agentes procesados habría indicado que ya había pagado unos G. 30.000.000 a los agentes de Crimen Organizado para no ser detenidos semanas después del aquel atraco.

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