Panamá sufrió la “lista gris”, advierten
La panameña Aimeé Sentmat de Grimaldo, presidenta de la Junta Directiva de la Asociación Bancaria de Panamá, narró ayer la dura experiencia de su país al ingresar a la “lista gris” de lavadores de dinero y la forma en que afectó a la economía nacional. Todo esto, hasta que la sociedad unió esfuerzo para salir de la nómina.
Advirtió al Paraguay que no basta solo con la ley escrita, sino que también se deben tener mecanismos para garantizar el cumplimiento y las condenas por los delitos. En entrevista en dúplex con ABC Cardinal y ABC TV, explicó que cuando Panamá entró a la lista en el 2014, la consecuencia inmediata fue la reducción notable de bancos corresponsales trabajando con los de su mercado. Panamá tiene una economía dolarizada sin un Banco Central y por ende necesitan de bancos corresponsales para libre importación y exportación de transacciones comerciales.
Entre otras consecuencias, mencionó Sentmat que tras el ingreso a la lista gris, aquellas entidades financieras de pequeño o mediano porte perdieron sus bancos corresponsales y para muchos se encarecieron los préstamos. Además, dijo, hay escasez de dinero, por lo que los bancos solo dan préstamos a sus mejores clientes y no al ciudadano común que lo necesita.
Aclaró como recomendación muy importante para Paraguay que las evaluaciones de Gafilat no solo ponen atención al marco jurídico, sino a la efectividad de implementación de este. “Que los países demuestren que hay casos que se investigan y tienen consecuencias”, dijo.
Indicó que Panamá logró salir de la lista en 2016, para entrar nuevamente en 2019. Pero aseguró que gracias al esfuerzo que se realizó desde 2015, en esta siguiente entrada la banca no ha tenido un impacto muy negativo.