Descartando y barajando nombres
El expresidente de la República Horacio Cartes dijo esta semana que sus candidatos para el 2023 eran el exministro de Hacienda Santiago Peña, a quien ya postuló en la anterior elección general, y Pedro Alliana, actual presidente de la Cámara de Diputados y del Partido Colorado, cargos ambos a los que accedió por decisión del mismo Cartes. Impulsar esas dos figuras revela que piensa manejar el próximo gobierno a control remoto, dado que los dos que mencionó carecen de un liderazgo real o posibilidad concreta de llegar al poder si no estuviera él de por medio. Los partidos tradicionales de nuestro país, la ANR y el PLRA se encuentran ahora en una encrucijada, como consecuencia de una crisis de larga data, casi imposible de resolver El Partido Colorado, en manos del cartismo carece de figuras destacadas o novedosas que impulsar con vistas a las elecciones generales, aún lejanas. La única alternativa que le quedaría a Horacio Cartes para llegar nuevamente a la presidencia de la República es promover, como ya lo hiciera a fines de 2016, una reforma de la Constitución que habilite la posibilidad de reelección para así volver a postularse. Sin embargo, el escenario nacional e internacional se presenta muy complicado para sus eventuales pretensiones. Posiblemente, pueda superar la resistencia que encuentre en el Partido Colorado. Pero, igualmente, necesitará establecer acuerdos políticos con algunos sectores de la oposición para tener los votos en el Congreso. Puede especularse que el Frente Guasu esté interesado en un acuerdo de ese tipo porque tiene las mismas necesidades que el cartismo. Su única alternativa de poder, pasa por habilitar para las elecciones al senador Fernando Lugo. Se puede pensar que el sector llanista del PLRA también se acoplaría a un eventual pacto para la reelección. No obstante, las condiciones políticas que hicieron fracasar con consecuencias trágicas el anterior intento de reelección, en realidad, no cambiaron mucho. Un intento siquiera de instalar el tema de la reelección en el Congreso significaría extenderle una alfombra de oro y darle el protagonismo que desean a los sectores políticos abiertamente enfrentados con el cartismo. Así las cosas, Cartes no tiene en verdad otra opción para el 2023 más que hacer lo mismo que hace ahora en relación a los candidatos para cargos municipales: elegir a quienes respaldar, apostando a figuras con perfil ganador en las encuestas con los cuales se pueda emprender algún negocio redituable, más allá de que tengan alguna experiencia o proyectos para su comunidad o para el país. En el Partido Colorado, no aparecen por ahora proyectos alternativos o figuras que puedan frenar al exmandatario, aunque eso podría cambiar de acuerdo a las decisiones que tome el expresidente, revelando sus intenciones. En la vereda de la oposición todo es división y confusión. A esta altura, resulta difícil creer que las diferencias que existen se puedan resolver en un plazo razonable. Los partidos opositores a la ANR, por ahora, parecen depender demasiado del surgimiento de una figura que arrastre los votos de la mayoría del electorado. No se puede descartar totalmente que, como ocurrió hace poco en los Estados Unidos, la división que promueve el cartismo termine volviendosele en contra y facilite la llegada al poder de alguien cuya principal cualidad no sea tener mucho carisma sino que su atractivo, básicamente, consista en ser la opción posible a un personaje con más sombras que luces.