Ciudad más antigua de América bajo invasiones
CARAL (AFP). La pandemia en Perú acecha a la ciudad sagrada de Caral, cuna de la civilización más antigua de América con 5.000 años. Sus tierras son invadidas por agricultores que invocan el hambre y la necesidad, mientras su descubridora, Ruth Shady, recibe amenazas de muerte para que abandone el lugar.
Las invasiones y la destrucción de sitios arqueológicos comenzaron durante el confinamiento, entre marzo y junio, para frenar los contagios de covid-19, señalaron arqueólogos.
Desarrollada entre los años 3000 y 1800 antes de Cristo, la cultura Caral es la madre de América. Contemporánea de las de Mesopotamia y Egipto, esta civilización surgió 45 siglos antes que la inca en una meseta desierta y árida.
Poco de eso importa a los invasores, quienes aprovechando la poca vigilancia policial por cuarentena, invadieron unas diez hectáreas del sitio arqueológico Chupacigarro para sembrar paltas, frutales y pallares, un tipo de judía peruana.
La arqueóloga Ruth Shady, directora de la zona arqueológica Caral y quien dirige las investigaciones desde que en 1996 inició las excavaciones, sostiene que detrás de los invasores están traficantes de terrenos.
Shady, de 74 años, ha pasado el último cuarto de siglo en Caral con la misión de recuperar el legado y la historia social de esta civilización, como las técnicas que usaban para que sus construcciones resistieran los sismos.
“Esas estructuras de hace 5.000 años permanecen estables hasta el presente y la tecnología la van a aplicar ingenieros estructurales de Perú y Japón”, indicó Shady.
Los habitantes de Caral eran conscientes de que habitaban un territorio sísmico. Por ello sus edificaciones tuvieron, en su base, unas canastas conocidas como “shicras”, rellenas de piedras, que disipaban los movimientos telúricos y evitaban el colapso de la construcción.
Las amenazas han obligado a esta mujer, hija de un checoslovaco que emigró a Perú al final de la Segunda Guerral Mundial, a vivir en Lima bajo vigilancia.