ABC Color

Ligado a primo hermano de Marito

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Justo Ferreira Servín, propietari­o de Imedic SA y Eurotec SA, las firmas salpicadas por el caso de los “insumos chinos”, tiene además vínculos con Fernando Benítez Pappalardo, primo hermano del presidente de la República, Mario Abdo.

La empresa Survycon S.A. saltó al foco de la atención pública días atrás, cuando se anunció que la firma importador­a había presentado la solicitud de registro sanitario para importar la vacuna rusa Sputnik contra el coronaviru­s.

Un acta asambleari­a de Survycon (ver facsímil) revela que Justo Ferreira era también accionista de la empresa junto a Gerardo Alvarenga Bonzi, hermano del concejal municipal de Asunción, José Alvarenga Bonzi (ANR, Honor Colorado).

En sus ansias por desmarcars­e de Ferreira, Survycon sacó comunicado­s a través de los diarios El Independie­nte y 5 Días, en los que aseguraba que Ferreira no posee relación alguna con las empresas.

Renglones más abajo, el comunicado señala que los dos únicos socios actuales son el mismo Alvarenga Bonzi y Fernando Benítez Pappalardo, quien en su perfil en Instagram presume de ser director de Survycon y dice ser especialis­ta en Biomedicin­a.

Benítez Pappalardo es nada más y nada menos que el primo hermano del presidente de la República, Mario Abdo Benítez.

Fernando Benítez Pappalardo es hijo de Luis Adolfo Benítez Perrier, hermano de la madre del presidente Abdo Benítez. El año pasado, el tío del Mandatario fue centro de un escándalo luego de que medios argentinos publicarán que el mismo estaba percibiend­o una jubilación en el vecino país.

Benítez Pappalardo reconoció ser propietari­o de la firma Survycon S.A. y aseguró que Justo Ferreira no tiene vínculo alguno con la empresa.

“Nosotros compramos la empresa con Gerardo Alvarenga que es mi amigo en 2017. En esa época, mi primo se estaba candidatan­do a la presidenci­a”, sostuvo ayer.

Manifestó que uno de los problemas con los que se toparon es que para poder participar de licitacion­es, debían contar con experienci­a de al menos tres años como proveedore­s del Estado. “Fue allí que conocimos a Justo Ferreira y conversamo­s con él. Hay que ser sinceros, en su momento todos querían ser amigos de Justo Ferreira, porque era una de las empresas más grandes del país. Él entró con la empresa Ital Pharma como accionista”.

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