EE.UU. y Rusia avanzan en extensión de New Start
Rusia y Estados Unidos dieron un paso hacia una prolongación in extremis por cinco años del tratado para el desarme nuclear New Start, después que el Kremlin “saludara” ayer la propuesta en este sentido del presidente estadounidense, Joe Biden.
MOSCÚ (AFP). La administración anterior, dirigida por Donald Trump, quería condicionar la renovación del tratado. Sin embargo, “varias de esas condiciones no nos convenían en absoluto, así que veamos primero qué proponen los estadounidenses y luego comentaremos”, dijo Dmitri Peskovel portavoz del presidente Vladimir Putin.
Las negociaciones para renovar el acuerdo han estado en punto muerto durante toda la presidencia de Donald Trump, que quería incluir a China, otra potencia nuclear importante, en las restricciones de los arsenales. El programa nuclear chino está en crecimiento, pero sigue siendo mucho más pequeño que los de Estados Unidos y Rusia.
Las negociaciones sobre su extensión antes del 5 de febrero tienen lugar en un contexto de desconfianza mutua máxima, la mayor desde la Guerra Fría, entre acusaciones de injerencia electoral, de espionaje y, más recientemente, de ciberataques.
El acuerdo New Start establece que ambas potencias nucleares pueden poseer, como máximo, 1.550 ojivas cada uno (cerca de un 30% del límite marcado en 2002).
También limita el número de lanzadores y de bombarderos pesados a 800, una cantidad que, no obstante, sigue bastando para destruir la Tierra varias veces.
El tratado también implica una serie de inspecciones mutuas de las instalaciones militares, un pilar de la política de desarme denominada “Confía, pero verifica”, defendida por el expresidente estadounidense Ronald Reagan.
El proceso de renovación del tratado es simple y únicamente requiere que Washington y Moscú lo aprueben a través de una nota diplomática.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, había anunciado que Estados Unidos “pretende buscar una extensión por cinco años del New Start, como el tratado permite”, considerando que “esta extensión tiene incluso más sentido cuando la relación con Rusia es tan adversa como lo es en este momento”.
Biden, un día después de tomar posesión del cargo, dijo que estaba dispuesto a extender el tratado por cinco años por el bien de la “seguridad nacional”.
En los últimos meses, Vladimir Putin también se había declarado favorable a prolongar el tratado cinco años, pero las negociaciones entre Washington y Moscú no dieron frutos.
El acuerdo fue firmado en 2010 en la capital de República Checa, Praga, por los dos presidentes de la época: el estadounidense Barack Obama y el ruso Dmitri Medvedev.
Se trataba de un elemento clave de la política de “reinicio” del momento, un intento de la administración estadounidense de relanzar las relaciones con el Kremlin.