Cartes y el partido Liberal
Horacio Cartes sabe, y lo sabe mejor que nadie, que no puede ganar ni una elección de junta vecinal siquiera sin disfrazarse de otro: A él no le vota nadie, todos los afectos que exhibe son alquilados, pues no logra otros.
Se disfrazó de otros en las elecciones de 2018, en las anteriores municipales de 2015, en las de Consejo de Magistratura, en las de los clubes de fútbol, en los clubes sociales; las únicas y ultimas que ganó sin disfraz en 2013 fue porque logró engatusarnos a muchos presentándose como alguien que no es en realidad.
Sin poder ocultar ya lo que es en realidad después de ocho años ininterrumpidos de estar en el poder, Cartes sabe que el pueblo lo castigará por todo lo que hizo torcido durante este largo tiempo de abusos e impunidad y, por tanto, debe desarticular cualquier candidatura que puede interponerse en su camino.
Las del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) son su más grave riesgo, pues el PLRA es el único partido nacional, además de la Asociación Nacional Republicana (ANR, partido Colorado), con capacidad de capitalizar el voto castigo contra estos ocho largos años de cartismo.
El pueblo lo castigará si encuentra canales para hacerlo, cosa que está muy en veremos: Efraín Alegre es, a mi juicio, el que tiene muy claro el panorama y la vocación de ser ese canal del voto-castigo; pero en su equipo político hay un discurso errático y equívoco, incluso allí hay quienes levantan la bandera de una constituyente, que es la de Cartes, lo cual confirma la confusión que reina. Hay efrainistas que proponen una constituyente y no logran explicarle a sus confundidos electores en qué se diferencian pues de Cartes, ya que también quieren una Constitución a la medida propia.
Efraín será el canal del voto-castigo únicamente si logra articular un discurso ordenado, claro, nítido y simple que sea el contrario al de Cartes, que rechace de plano todo lo que Cartes propone como objetivos institucionales, sobre todo una constituyente.
Cartes ya ganó su jugada contra los liberales: Mediante la creación de un Tribunal Electoral Independiente paralelo en el PLRA, Cartes liquidó todas las candidaturas liberales que representen riesgos para él.
No habrá ni una sola candidatura liberal no controvertida en las municipales de 2021. Ni una sola. Si es que hay alguna, será impugnable judicialmente ante un sistema de justicia electoral totalmente controlado por Cartes.
En nuestro país las elecciones municipales tienen importancia superlativa porque políticamente son las elecciones de medio término, que muestran el ánimo del país con respecto a la gestión gubernativa, y lo probó fehaciente mente el propio Cartes en las de 2010, que supusieron el inicio del fin del gobierno de Fernando Lugo.
Y porque los intendentes y concejales son las bases electorales verdaderas de los dos grandes partidos nacionales. El control de intendencias es la fuente originaria de poder de colorados y liberales. De allí surgen los votos para las elecciones nacionales.
Lo que les queda, pues, a los liberales que no son funcionales a Cartes es generar candidaturas partidarias que estén reaseguradas fuera de una institucionalidad partidaria ya totalmente perforada por el cartismo, que sean capaces de mostrar al país una acción electoral coordinada y un objetivo común.
Si estas candidaturas liberales que propongo no ganan un número decisivo de municipios y, en cambio, los ganan los operadores de Cartes con sus muchos disfraces, el expresidente habrá dado un paso gigante en la consolidación de su proyecto político autoritario.