A partir de Gral. Díaz el río Pilcomayo apenas si corre
Desde su embocadura, el Pilcomayo llega a Gral. Díaz en un promedio de 10 días. Al sur del fortín se detiene y pasan seis meses para que siga su camino hacia fortín Caballero. ¿Qué está pasando? Es la pregunta.
En el transcurso de la semana pasada, técnicos de la Comisión Nacional del Pilcomayo realizaron sobrevuelos en helicóptero en los alrededores del fortín Gral. Díaz, departamento de Presidente Hayes.
El Ing. Arturo Niedhammer, director de la Comisión Nacional, explicó que la inspección aérea tuvo como objetivo determinar qué está sucediendo con el escurrimiento de las aguas del Pilcomayo.
El origen de la duda es el siguiente: el río recorre 400 kilómetros en 10 días, desde que las aguas ingresan en la embocadura en el canal paraguayo hasta que llegan a Gral. Díaz.
El Pilcomayo llena el esteral que rodea al fortín y sigue su camino hacia el sur, con dirección a la naciente del río Montelindo.
El problema es que el río queda “trancado” al sur de Gral. Díaz y sus aguas tardan seis meses en seguir su camino.
En 10 días recorre 400 kilómetros y luego queda “trancado” en un tramo que no supera los 30 kilómetros.
Obviamente algo no funciona bien. La primera sospecha es que se instalaron represas que impiden su escurrimiento hacia el sur, con dirección al Estero Patiño, donde nacen los ríos Montelindo, Negros, Confuso y He’ê.
La llegada del Pilcomayo a las nacientes de estos ríos permitirá aumentar la superficie regada durante el período de crecidas del río, en el verano.
Posibilidad de represas
La posibilidad de que se hayan instalado represas es lo primero que viene a la mente, considerando que los productores agropecuarios buscan retener las aguas del río, para tenerlo como reserva para sus establecimientos.
El Estado paraguayo invierte cada año un promedio de 10 millones de dólares para mantener abierta la embocadura del canal paraguayo así como en la limpieza de la cañada La Madrid, cauce natural que conduce al río hasta el antiguo fortín de Gral. Díaz.
Estos 10 millones de dólares se utilizan para financiar el gigantesco esfuerzo de mover un promedio de 60 millones de metros cúbicos de arena, para que el río pueda escurrirse hacia el interior de nuestro territorio.
Al respecto, el Ing. Niedhammer
dijo: “La inversión del Estado tiene como objetivo proteger el ecosistema y beneficiar a la mayor cantidad posible de pobladores. El agua no se puede detener y debe escurrirse sin obstáculo alguno, eso es indiscutible”.
Agregó que “en los sobrevuelos no encontramos represas propiamente dichas, pero hay formas de detener las aguas del río sin que se tengan que utilizar represas propiamente dichas. Cualquier elemento que detenga el avance del Pilcomayo es irregular”.
El Ing Niedhammer confirmó que las fotografías aéreas son objeto de estudio, en procura de determinar qué está pasando con las aguas del Pilcomayo.
Existen sospechas de que un conjunto de propietarios de establecimientos ubicados al sur de Gral. Díaz instalaron barreras para que las aguas se escurran con mayor lentitud.
“No vamos a tolerar situaciones irregulares”, dijo Niedhammer.