Biden impulsa el “made in EE.UU.”
WASHINGTON (AFP). El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firma una orden ejecutiva que da prioridad a las empresas y productos estadounidenses en los contratos con el gobierno federal, pese al riesgo de crispar con ello a socios comerciales como Canadá o los países europeos, que ya estimaban que las disposiciones de esa legislación impedían a sus empresas acceder a ciertas licitaciones del gobierno estadounidense.
La Ley de Compra de Productos Estadounidenses (‘Buy American Act’) de 1933, todavía en vigor, requiere que las agencias federales den prioridad a la compra de bienes producidos en suelo estadounidense, pero existen numerosas excepciones y oportunidades de exención, como denuncian pequeñas y medianas empresas.
Algunos productos son, por ello, registrados con el sello “Fabricado en Estados Unidos”, aunque una mayoría de sus componentes proceden de fuera.
El nuevo decreto, según altos funcionarios de la Casa Blanca, tiene como objetivo impulsar la producción nacional y salvar empleos industriales mediante el aumento de las inversiones en las industrias manufactureras y los trabajadores.
Biden retoma así una temática predilecta de Donald Trump.
El apoyo a la industria estadounidense no es una sorpresa, era una de las promesas electorales lanzadas por Biden, quien debía seducir al electorado de Trump.
El decreto de Biden sigue la estela de las medidas tomadas por Trump para impulsar al Estado federal a comprar más productos estadounidenses. Entonces convirtió los derechos de aduana en un arma contra las importaciones, con resultados desiguales. Pero, en lugar de una guerra comercial con otros países, Biden se enfoca en endurecer las normas del “compre productos estadounidenses”, gracias al poder económico del gobierno federal.