El calvario del abandono y la calle
La hermana de Jonathan, D. contó lo que fue su experiencia junto con sus hermanos. “Nosotros llegamos en 2004 a una fundación muy conocida, porque nuestros padres nos abandonaron, ellos siguen vivos. Jonathan era el mayor de todos”, dijo.
Estuvieron diez años en el hogar, “después empezaron con que querían reintegrarnos a nuestra familia, aunque sabían ya que nuestra mamá no estaba preparada ni mental ni económicamente, de ninguna forma, por algo luego ya nos abandonó”, señaló la joven.
De hecho en el expediente del caso de los cinco hermanos, la propia madre confesó que “no se encuentra en condiciones de asumir la maternidad en relación a sus hijos”.
La joven relató que vivió ocho meses con su madre, luego escapó. Estuvo más o menos un año con su hermano ahora fallecido, deambulando por las calles y sumida en el mundo de las drogas y la prostitución, hasta que fue recogida por una mujer que también se encargaba del cuidado de su otro hermano, B.
Ella contó que sus dos hermanitas, actualmente de 15 y 17 años, están en el hogar y “Dios quiera que no les tiren así como a mi sin futuro, sin herramientas y sin oportunidades en la vida” a la calle. D. ahora tiene un hijo y un trabajo.