Inequidad

A raíz de la prisión preventiva del presidente del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), Efraín Alegre, se plantea de nuevo el debate sobre la justicia. Que en el Paraguay la justicia es utilizada de manera selectiva es de antigua data. Es probable que su aplicación no cumpla con el principio universal de actuar conforme a la verdad y traer la paz social en base a la igualdad y la equidad. Durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), la justicia estaba sometida al régimen militar. El poder político cimentado sobre la trilogía Gobierno, Partido Colorado y FF.AA. estableció un sistema totalitario, inmisericorde e implacable contra los contestatarios; no solo de los dirigentes de la oposición, sino incluso contra colorados que no compartían el régimen de hierro. La justicia debe actuar conforme a la Constitución Nacional y las leyes, sin mirar rango político, status social ni religión. La palabra justicia proviene del sustantivo latino Iustitia que a su vez deriva del adjetivo Iustus que quiere decir justo. El jurista romano Ulpiano (170 a 228 d. C.) definió a la justicia como “la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su derecho”. La justicia está ligada también a la filosofía, a la razón y al sentido común. De modo que en un fallo u orden de prisión tiene que haber lógica jurídica, única forma de enderezar lo torcido. ¿Cuál es el problema en el país? A la luz de los acontecimientos y según la percepción ciudadana, existe un poder fáctico detrás de la justicia. Aquí no se trata de la detención de Alegre, que está procesado por supuestas facturas fraguadas durante la campaña del 2018. Es cuestión de equidad, porque el fallo sobre los audios filtrados fue calificado por el gremio de los abogados como una “falla”. Es indudable que la justicia debe actuar de manera independiente, ajustada a la verdad para recuperar credibilidad y pueda devolver la anhelada paz social.