La policía rusa detiene a más de 4.400 manifestantes pro-Navalni
La policía detuvo ayer a más de 4.400 personas en Rusia y bloqueó el centro de Moscú en una nueva jornada de manifestaciones en todo el país para reclamar la liberación del opositor Alexéi Navalni, que se encuentra detenido desde el 17 de enero pasado.
MOSCÚ (AFP). Miles de personas desoyeron las advertencias del gobierno y salieron a las calles de varias ciudades rusas, desde Vladivostok a San Petersburgo, en el segundo fin de semana de protestas contra la detención del principal opositor del presidente Vladímir Putin.
Al menos 4.407 personas fueron detenidas en todo el país, de las cuales 1.365 en Moscú y 962 en San Petersburgo, al igual que unos 82 periodistas, según el último informe difundido por la ONG OVD-Info, especializada en el seguimiento de manifestaciones.
La comparecencia de Navalni ante los jueces está prevista para la próxima semana.
Navalni es objeto de múltiples procedimientos judiciales desde su regreso a Rusia el 17 de enero, que considera se deben a motivos políticos.
Las protestas también están alimentadas por la difusión de una investigación del opositor que acusa a Putin
de beneficiarse de un opulento “palacio” valorado en más de 1.000 millones de euros (1.200 millones de dólares) a orillas del mar Negro. La grabación se vio más de 100 millones de veces en YouTube.
Navalni, un activista anticorrupción y enemigo del Kremlin de 44 años, volvió a Rusia hace dos semanas tras meses de convalecencia en Alemania por un presunto envenenamiento en agosto del año pasado, del que responsabiliza a Putin y a los servicios de seguridad rusos.
En otras metrópolis rusas, como Krasnoyarsk (Siberia) y Vladivostok (Extremo Oriente), también hubo cientos de detenciones, según la la oenegé.
La esposa de Navalni, Yulia Navalnaya, fue arrestada cuando se dirigía a la manifestación, indicaron varios medios opositores.
Estas nuevas movilizaciones ocurrieron tras las protestas del pasado fin de semana, que congregaron a decenas de miles de rusos y se saldaron también con más de 4.000 detenciones y la apertura de unos 20 procedimientos penales.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, criticó en Twitter la represión de las manifestaciones mediante el “uso persistente de tácticas brutales” e instó a “liberar a quienes fueron detenidos, entre ellos Alexéi Navalni”.
El ministerio ruso de Relaciones Exteriores no tardó en denunciar estas acusaciones como una “injerencia grosera en los asuntos internos” de Rusia.
Más tarde, el jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, denunció en un tuit “las detenciones masivas” y el “uso desproporcionado de la fuerza” contra manifestantes y periodistas, y afirmó que “Rusia necesita cumplir con sus compromisos internacionales”.
Recubierto por una fina capa de nieve, el centro de Moscú pareció en algunas zonas una fortaleza, rodeada por un fuerte dispositivo de policía antidisturbios.
Varias estaciones de metro estuvieron también cerradas.
Periodistas de la AFP vieron a docenas de manifestantes siendo detenidos y embarcados en furgones policiales.
La justicia rusa impuso el viernes arresto domiciliario a la mayoría de los aliados cercanos de Navalni, incluido su hermano Oleg y la opositora Liubov Sóbol, dos días después de una serie de registros contra, entre otros, el domicilio de su esposa y los locales de su organización, el Fondo de Lucha contra la Corrupción.