Hugo Javier y las ONG
Durante la semana pasada tomó estado público el descarado despilfarro del dinero público por la Gobernación del departamento Central, administrada por Hugo Javier González (ANR), un animador de fiestas que cobró fama con el alias de “Locutor número 2” que se aventuró en la política de la mano del expresidente de la República Horacio Cartes. Tercerizó servicios por los que desembolsó millones de guaraníes a ONG entre 2019 y 2020, denunció un grupo de concejales. Las organizaciones “sin fines de lucro” “Plantemos Conciencia”, representada por Esteban Álvarez Quevedo, y “Centro Integral de Apoyo Profesional”, (CIAP), cuyo presidente es Tadeo Álvarez Cristaldo, recibieron G. 21.800 millones en ese lapso. Se les pagó en concepto de mingas ambientales, proyectos de prevención de adicciones, construcción de puentes y de pozos de agua potable, taller navideño, foros para pymes, cursillo para becas, mantenimiento de ríos y arroyos, entre otros. Con seguridad la Gobernación tiene funcionarios con sueldos que deberían hacer estas tareas. González y Álvarez no explicaron las condiciones en las que fueron transferidas más de 12.000 millones de los recursos del Estado. Por otra parte, Álvarez Cristaldo dijo que nuestra visita al local de la ONG para escuchar su versión “lo tomó de sorpresa”, ya que no tenía a mano los documentos que avalan los servicios brindados a la Gobernación de Central. Agregó que la institución departamental es la que debe rendir cuentas. Los concejales liberales Roque Ávalos y Adrián Billy Vaesken, cumpliendo sus funciones de contralores de la administración departamental, denunciaron los sospechosos desembolsos a favor de las ONG. Aseguraron que en reiteradas ocasiones durante las plenarias de la Junta Departamental solicitaron informes al respecto, así como de licitaciones y otros de la gestión de Hugo Javier, pero fueron rechazados por una “aplanadora” mayoría de colorados, liberales y del PQ aliada al jefe departamental. Con ediles “cómplices” como estos la transparencia en el uso del dinero público es un utopía.