Premier israelí, ante la justicia
JERUSALÉN (AFP). El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu compareció de nuevo ayer ante un tribunal de Jerusalén para defenderse de acusaciones de corrupción, fraude y abuso de confianza; en tres casos separados.
Por el ya conocido como “Caso 4.000”, Netanyahu está acusado de tratar de lograr una cobertura favorable del portal Walla a cambio de favores gubernamentales que podrían haber aportado millones de dólares a Shaul Elovitch, entonces patrón del gigante israelí de las telecomunicaciones Bezeq, del que Walla forma parte.
En el centro del caso figura la fusión en 2015 de Bezeq con el distribuidor de televisión por satélite Yes, que necesitaba el aval de las autoridades de control.
Y es que Netanyahu también era el responsable de la cartera de Comunicaciones. Aunque aseguró que la fusión Bezeq-Yes fue pertinente, mantiene que no ha buscado obtener una cobertura favorable de Walla a cambio de su aprobación.
En un segundo caso, denominado Mediagate o “Caso 2.000” , el primer ministro está acusado de haber buscado garantizarse una cobertura favorable del diario israelí de pago más leído, el Yediot Aharonot, a cambio de una posible ley para limitar la difusión del diario gratuito Israel Hayom, principal competidor del Yediot.
Según la justicia, Netanyahu evocó este intercambio (cobertura favorable contra ley) con el presidente del Yediot, Arnon Moses. Al final no hubo acuerdo.
En un tercer dosier, el “Caso 1.000” , Netanyahu y familiares suyos son sospechosos de haber recibido regalos –cigarros caros, botellas de champán y joyas– valorados en más de 700.000 séqueles (unos 175.000 euros, unos 210.000 dólares) de personalidades, como el productor Arnon Milchan, a cambio de favores financieros o personales.
Netanyahu dijo haber recibido una opinión legal de expertos que concluyeron que tenía derecho a aceptar regalos de amigos cercanos, como Arnon Milchan, y niega haber concedido favores.
El proceso de Netanyahu tendrá lugar 45 días antes de las nuevas elecciones, del 23 de marzo, –las cuartas en menos de dos años– lo que hace temer un posible impacto en los comicios.
Netanyahu, que no tiene garantizada la victoria en esta nueva campaña electoral pese a que lleva 15 años en el poder, lo que le convierte en el jefe de gobierno más longevo de Israel, espera conseguir una mayoría de escaños, eventualmente, para votar una disposición legal que le dote de inmunidad.