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“Podemos confirmar que Archie”, el primer hijo de los duques de Sussex, “será hermano mayor”, declaró el portavoz de la pareja, que dejó sus funciones reales en marzo del año pasado. “El duque y la duquesa de Sussex están locos de alegría”, añadió. La reina Isabel II y su esposo, el príncipe Felipe, abuelos del príncipe Enrique; su padre, Carlos, y “toda la familia” real están “felices y les envían sus mejores deseos de felicidad”, según un portavoz del Palacio de Buckingham.
El fotógrafo Misan Harriman, presentado como un viejo amigo de la pareja por los medios británicos, tuiteó una foto en blanco y negro en la que aparecían sonriendo bajo un árbol. Meghan, de 39 años, tiene la mano sobre su vientre. “Meg, yo estaba en tu boda, siendo testigo de esta historia de amor que empezaba y, amiga mía, estoy honrado de verla crecer. ¡Felicidades al duque y a la duquesa de Sussex por esta feliz noticia!”, tuiteó. Meghan reveló que sufrió un aborto natural en julio pasado, en una columna publicada en noviembre en el diario estadounidense The New York Times. Tener un aborto es un “dolor insoportable”, escribió, afirmando que ese tema sigue siendo “tabú” y está “impregnado de (una innecesaria) vergüenza, que perpetúa un ciclo de solitario duelo”.
Refugiados y miembros de casas reales reciben un trato idéntico en el internado galés UWC Atlantic College. En ese centro exclusivo pero ajeno al lujo, que promueve valores como la diversidad cultural, estudiará la princesa Leonor, compartiendo un “espartano” dormitorio con otras tres alumnas. Así lo explica a Efe su director, Peter Howe, que se congratula de los principios que inculcan en ese bachillerato internacional, al que se unirá la heredera al trono de España el próximo otoño.
Entre sus aulas y sus dormitorios –gracias, también, a un programa de ayudas– “estudiantes de orígenes increíblemente difíciles, como refugiados, estudian junto a otros que provienen de vidas privilegiadas”, resalta. Los alumnos de esta última categoría, donde se encuadraría la primogénita de rey Felipe VI y la reina Letizia, de 15 años, “en su día a día no tendrían la oportunidad de conocer, vivir y aprender juntos”, observa el canadiense.
“Cuando se gradúen a los dos años (los alumnos) sabrán mejor quiénes son; tendrán una mejor idea de los desafíos que el mundo presenta y de que trabajando juntos podrán erradicar esos problemas ”, dice. El internado, fundado en 1962 en el idílico valle galés de Glamorgan, centra sus objetivos principales en inspirar a su alumnado internacional para protagonizar el cambio mediante el “servicio a la comunidad” y el “compromiso social”.
Pero huye de la ostentación. De hecho, el centro presume de ser “ajeno a los lujos”, pese a que la matrícula de los dos años que pasará Leonor empapándose de sus enseñanzas asciende a 67.000 libras (76.500 euros), sufragada con la asignación anual de sus padres, los reyes de España. De hecho, la princesa española, como el resto de alumnos, “compartirá una habitación espartana, con otras tres estudiantes, donde tendrá su cama, un armario, una cajonera y no mucho más. Desde luego, nada lujoso”, advierte Howe.