Feminicidios
El Día de la Mujer Paraguaya recuerda a la primera Asamblea Americana de Mujeres que se realizó en Asunción, el 24 de febrero de 1867. En la oportunidad las mujeres resolvieron donar sus joyas y alhajas a la causa nacional para ayudar a los gastos que demandaba la Guerra contra la Triple Alianza (1865-1870). Sin embargo, durante la Guerra Grande se produjeron las peores barbaries contra las mujeres, tanto residentas como destinadas (llamadas así a las que cayeron en desgracia ante el mariscal López y estaban condenadas a morir). Pancha Garmendia y Juliana Insfrán de Martínez son ejemplos de las que pasaron torturas ante el Tribunal de sangre que ordenaba someter a las víctimas a crueles tormentos, latigazos y golpes; torturas en el cepo uruguayana, abofeteadas y arrastradas de sus cabellos. Juliana fue violada antes de ser fusilada por la espalda, en tanto Garmendia fue condenada a morir a lanzazo. En la actualidad, las mujeres son víctimas de ultrajes y toda clase de atropellos y muertes, lo que se conoce como feminicidio. Evidencia que la sociedad en su conjunto no ha evolucionado como ser humano civilizado. De acuerdo a los informes, este año la cifra es de cuatro feminicidios a la semana. La Ley 5.777/16 establece la protección integral a las mujeres contra toda forma de violencia. A pesar de la legislación, los atropellos, ultrajes, golpes, amenazas y violencia doméstica, y otros tipos de agresiones van en aumento, lo que pone en evidencia que se perdieron valores familiares y sociales. El problema de la violencia contra las mujeres es de antaño, resultado de la mentalidad machista que no se circunscribe solo en Paraguay, sino a nivel latinoamericano y mundial. Desde la prehistoria, edad antigua, media, moderna hasta hoy los derechos de las mujeres fueron atropellados. Se ha demostrado la capacidad de las mujeres, en especial en la educación y la socialización de la familia. Pese a los méritos, continúan los crímenes de lesa humanidad contra las mujeres. Ante esto, es de esperar que el 24 de febrero no sea para una simple recordación, sino el inicio de las reivindicaciones.