CARTAS A LA DIRECTORA
Alcides González, director de la Ganadera La Quimera, remitió una carta a la directora de este diario con relación a publicaciones sobre diques ubicados en el río Pilcomayo, que dice cuanto sigue.
“Me dirijo a Ud. como director de la ganadera La Quimera, propietaria del establecimiento ganadero ‘Estancia San Jorge’, ubicado en la zona de General Díaz Chaco paraguayo, haciendo uso al derecho a réplica garantizado por la Ley 1.262, que en su artículo 1º dice: ‘toda persona neutral o jurídica tiene derecho a rectificar o contestar la publicación o difusión por cualquier medio de comunicación social, de hechos que lo aluden y considera inexactos o cuya divulgación pueda causarle perjuicio’, para rechazar la acusación publicada en su periódico los días 16, 21 y 22 de marzo del corriente año (publicación de 16 de marzo - Ministerio del Ambiente Verifica el Río Pilcomayo, 21 de marzo Reclaman la apertura de diques que están tomando en el Pilcomayo, 22 de marzo Pobladores de General Díaz denuncian la instalación de diques en el Pilcomayo).
Primeramente quisiera aclarar que la ‘Estancia San Jorge’, se encuentra ubicada geográficamente aguas arriba del Fortín General Díaz y la publicación de fecha 16 de marzo habla expresa y claramente que las aguas del Pilcomayo llegan hasta el Fortín General Díaz sin ningún inconveniente de escurrimiento. Sin embargo, en la publicación de fecha 21 de marzo´, el Ing. Carlos Estigarribia de la Comisión Pilcomayo menciona que existe un embalse de aguas de miles de hectáreas en nuestra propiedad, originado supuestamente por un dique en el canal, lo que contradice su informe anterior.
A continuación, en igual referencia a la publicación de fecha 21 de marzo, rechazo categóricamente que en la ‘Estancia San Jorge’ exista un dique de contención sobre el canal artificial denominado ‘Canal Harry’ que posee 11 km. de extensión, o sobre el cauce natural, llámese La Madrid o Catan, de 12 km. de extensión, ambos dentro de nuestra propiedad; donde el escurrimiento de las aguas es completamente libre de obstáculos naturales o artificiales. Cabe resaltar que este canal artificial (Canal Harry) fue proyectado y ejecutado exclusivamente por la Comisión Pilcomayo, habiéndose canalizado un bañado donde anteriormente las aguas se esparcían naturalmente por el campo, con el objetivo de direccionar y asegurar el escurrimiento de las aguas hacia el Fortín General Díaz. Aclaro que dentro de la propiedad existe un camino que permite el acceso al interior del establecimiento, ubicado de forma perpendicular y paralelo al canal Harry. El mismo está provisto de puentes y alcantarillas que facilitan el drenaje de las aguas que se escurren en el campo, producto de los desbordes del canal Harry, que se generan durante las épocas de crecida del río Pilcomayo. Estas aguas mediante los sistemas de drenaje mencionados vuelven a ingresar al canal artificial y se dirigen posteriormente al Fortín General Díaz. Con respecto a las apreciaciones del Ing. Carlos Estigarribia, en el informe técnico elaborado por la Comisión Pilcomayo, donde hace referencia mediante una foto satelital a un embalse de agua de miles de hectáreas originado supuestamente por un dique en el canal, negamos categóricamente la existencia de obras que interfieran el libre escurrimiento de las aguas en el canal. Como mencionamos anteriormente este bañado se forma con aguas que desbordan el canal artificial y la existencia real no supera las 2.000 hectáreas.
Quisiera agregar que por la dinámica propia conocida del río Pilcomayo, caracterizada por crecidas y desbordes cíclicos de aguas conteniendo gran cantidad de sedimentos, exacerbados estos por las canalizaciones en los lugares donde anteriormente se depositaban dichos sedimentos de manera natural (Hecho publicado en su periódico ABC Color en fecha 13/05/2011, “Gral. Díaz puede quedar colmatado con la crecida”) que van colmatando todo a su paso en la extensión de los canales y cauces, disminuyendo su caudal efectivo y generando desbordes de agua y sedimentos que llegan a nuestros bañados donde se decantan. Esto ocasiona cada año más perjuicio a la producción y al medio ambiente por la sedimentación de estos campos altamente productivos que quedan inservibles, enterrándose alambrados y tajamares y produciendo una elevada mortandad de animales vacunos; además de ocasionar perjuicios irreparables al ecosistema local de lagunas y bañados naturales que tenían un papel fundamental en salvaguarda a la fauna durante las importantes épocas de sequías (ciervos del pantano, carpinchos, yacarés, kuriju, etc.). El impacto de lo mencionado fue cuantificado debidamente en nuestro establecimiento totalizando más de 4.000 hectáreas de perjuicios, esto cuantificado por peritos topográficos y comisiones destinadas para la verificación de los mismos. Lo cual representan años de sacrificio, trabajo e inversión. Esto deja en claro que la falta de manejo de los sedimentos, por la Comisión Pilcomayo, puede enterrar años de intensa labor e inversiones. (Está respaldado por fotos e imágenes satelitales).
Finalmente en la publicación del 23 de marzo pasado a las denuncias de pobladores asentados a 5 km. al sur de Fortín General Díaz, fungiendo de vocera a la Sra. Josefina Vázquez, quien menciona la supuesta existencia de una represa en nuestro establecimiento que ataja el agua e impide el curso normal del río, hecho el cual niego categóricamente, argumentando lo siguiente: Que no retengo en absoluto el escurrimiento normal del río Pilcomayo, y que la causa actual de la situación de la ausencia de las aguas en el sector mencionado y en otros bañados más lejanos, obedece a la modificación drástica luego de trabajos mencionados anteriormente, realizados bajo la responsabilidad exclusiva de la Comisión Pilcomayo.
Agrego para concluir que me sumo al pedido de colegas productores y poblaciones vecinas en su justo reclamo por el acceso a un recurso de tal importancia como es el agua. La firma ganadera ‘La Quimera S.A.’ se pone a disposición, como en varias ocasiones ya lo ha hecho, para colaborar con la Comisión Pilcomayo, para asegurar que las aguas puedan llegar y beneficiar a la mayor cantidad de productores y poblaciones, en tanto se respeten las normas ambientales, para no perjudicar a la fauna y la flora”, finaliza la nota.