Fuerte crisis en el catolicismo
Sacerdotes católicos, con el lema “el amor gana”, bendijeron en toda Alemania el matrimonio de parejas del mismo sexo, un gesto de rebelión contra el Vaticano que recientemente había reafirmado su estricta oposición al respecto.
BERLÍN (AFP). Un total de 110 iglesias comunales organizaron ceremonias matrimoniales abiertas “a todos los que se amen”, homosexuales, lesbianas o heterosexuales, adhiriéndose a la iniciativa “El amor gana”, lanzada por sacerdotes, diáconos y voluntarios.
El acceso a los templos fue regulado a causa de las restricciones vinculadas a la pandemia de covid-19.
La decisión de celebrar estas misas sacramentales en público, en algunos casos al aire libre, emana de una voluntad de los sacerdotes “que han considerado indignos los sacramentos brindados en secreto” durante años, según los organizadores.
A mediados de marzo, la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano publicó una nota reafirmando que consideraba la homosexualidad como “un pecado” , confirmando la imposibilidad de que parejas del mismo sexo reciban el sacramento del matrimonio.
En ese contexto, 2.600 sacerdotes, al igual que muchos teólogos y laicos firmaron una petición contestando esta línea, mientras la Iglesia católica trabaja en una reforma en el marco de un sínodo dedicado a asuntos como el celibato, los sacerdotes casados y ofrecer un espacio más amplio a laicos y mujeres.
“La resonancia es enorme”, subrayaron los organizadores, haciendo referencia a la gran cantidad de parejas que respondieron a la convocatoria, sin brindar por ahora cifras globales. Esta iniciativa continuará en los próximos días.
Tanja Hollas, gestora de sistemas informáticos, decidió aprovechar esta ocasión para darle el ‘sí’ a su compañera Claudia frente a un sacerdote, en la iglesia de Santa Inés en Hamm, localidad en el oeste del país.
“Las dos somos muy religiosas. Es importante para nosotras que nuestra unión no sea sellada solamente ante el alcalde”, prosiguió, añadiendo que “el amor no puede equivocarse”.
Wolfgang Rothe, sacerdote en Múnich, bendijo a unas treinta parejas, bajo protección policial, tras haber recibido emails amenazantes.