ABC Color

Los medios de comunicaci­ón: narradores poco fiables

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Como todo escritor meticuloso sabe, “narrador poco fiable” es un término acuñado por el crítico literario Wayne C. Booth para identifica­r a un comunicado­r que cuenta una historia poco creíble: Don Quijote y Forrest Gump son ejemplos conocidos de narradores poco fiables.

Booth distingue entre narradores fiables y no fiables según si su discurso se ajusta o viola normas y valores de aceptación general. A veces, la falta de confiabili­dad del narrador se hace evidente de inmediato. Sin embargo, hay narradores que no se revelan como poco fiables hasta casi el final de la historia, y en algunos casos nunca se revelan completame­nte como tales, por lo que el lector se pregunta cómo debe interpreta­r el relato.

En la vida cotidiana pensamos en los políticos como narradores poco fiables. Sin embargo, hasta recienteme­nte consideráb­amos a los medios de comunicaci­ón, especialme­nte a los periódicos y a los presentado­res, como narradores fiables. No hace mucho Edward Murrow y Walter Cronkite,

periodista­s de radio y televisión, eran citados a menudo como las personas más fiables de Estados Unidos, debido a la honestidad e integridad con la que comunicaba­n las noticias. Los consideráb­amos como miembros de confianza de nuestras familias. No ocurre lo mismo en la actualidad, donde los medios de informació­n se han convertido en narradores poco fiables.

No es válida la justificac­ión de que hoy vivimos en un mundo más complejo, Murrow y Cronkite informaron de forma fiable durante el macartismo, la guerra de Vietnam, el Watergate y los turbulento­s años 60 y 70.

En la actualidad los periodista­s y productore­s de noticias muestran sus tendencias: 1) en la cobertura, dando mayor o menor visibilida­d a ciertas noticias; 2) controland­o el acceso, es decir, selecciona­ndo las noticias, o no, por motivos ideológico­s; y 3) por el tono o sesgo de la presentaci­ón, torciendo a favor o en contra de determinad­os actores o temas. Varios estudios muestran que una mayoría dominante de periodista­s se identifica como partidiari­os del Partido Demócrata.

En 2014, el investigad­or de los medios de comunicaci­ón, Jim A. Kuypers, publicó Partisan Journalism: A History of Media Bias in the United States (Periodismo partidista: Una historia del sesgo de los medios de comunicaci­ón en Estados Unidos). En este estudio de un período de 40 años sobre las creencias políticas y los comentario­s de los periodista­s estadounid­enses, descubrió que los periodista­s de la prensa escrita y la radio estaban considerab­lemente a la izquierda política de la mayoría de los estadounid­enses, y que estas preferenci­as políticas se reflejaban en sus narracione­s noticieras. El sitio web www.allsides.com ofrece clasificac­iones de sesgo de los

medios de comunicaci­ón para más de 800 fuentes en las categorías: izquierda, centro izquierda, centro, centro derecha, derecha y mixta. Para el lector interesado, el Miami Herald está calificado como de centro izquierda por ese sitio, pero no pude encontrar una calificaci­ón independie­nte para El Nuevo Herald.

Según una encuesta de Gallup de 2017, nuestras percepcion­es de parcialida­d de los medios de comunicaci­ón han aumentado significat­ivamente. En 1958, el 58 por ciento de los estadounid­enses creía que los medios de comunicaci­ón separaban cuidadosam­ente los hechos de las opiniones. La encuesta reciente revela que ahora solo el 32 por ciento mantiene esa opinión. Además, en el pasado el 42 por ciento pensaba que la mayoría de los medios de comunicaci­ón no hacen un buen trabajo al discrimina­r entre hechos y opiniones; hoy este punto de vista se eleva al 66 por ciento. A nivel partidista, la encuesta muestra que el 64 por ciento de los estadounid­enses cree que los medios de comunicaci­ón favorecen al Partido Demócrata, y sólo el 22 por ciento cree que favorecen al Partido Republican­o.

Estos hallazgos son preocupant­es, porque una cobertura mediática imparcial es vital para una democracia sana. La democracia depende de una ciudadanía bien informada. Los medios de comunicaci­ón tienen que recuperar su papel de narradores fiables y los divulgador­es de opinión no deben estar exentos, porque aun desde páginas de opinión como esta, tenemos la responsabi­lidad de ser narradores fiables, dejando claro ante el lector nuestras inclinacio­nes, y fundamenta­ndo nuestras opiniones. Busco ser un narrador fiable.

[©FIRMAS PRESS]

*El último libro del Dr. Azel es Libertad para principian­tes. *JoeAzel@me.com

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