Homenaje ancestral
Esta semana fue viral el vídeo de un hecho ocurrido en Filadelfia, Chaco, en donde se observa a dos respetadas abuelas de la etnia nivaclé rindiendo homenaje a una doctora de la Unidad de Salud Familiar local. La emoción fue tal que conmovió a la médica hasta las lágrimas, ya que este tipo de homenaje, dentro de la comunidad, es sinónimo de gratitud, de reverencia y de aceptación. No es frecuente que muchos no indígenas lo reciban, por eso el hecho es sumamente conmovedor.
Siempre se resalta que el Chaco, especialmente el Chaco Central es un “crisol de razas” y efectivamente, es el único lugar del país en donde el paraguayo se entera que es “latino” y asume esa denominación, como término destinado a diferenciar un grupo étnico de otro, algo similar ocurre con todas las otras culturas.
Es muy normal también que muchas familias manejen varios idiomas o más, alemán, español, inglés y dialecto, aunque claro, las lenguas indígenas como enlhet, nivaclé, ayoreo y demás, son también de uso corriente, con el tiempo uno acostumbra el oído a todos los acentos, y todas las lenguas parecen convivir en un pacifismo pacato.
Prósperas economías mundiales se formaron en base a que aprendieron a convivir entre surtidas culturas, aunque eso claro no quiere decir que no existan inconvenientes de convivencia o que el camino fue fácil.
Las obras de inversión estatal están convirtiendo al Chaco en un territorio de a poco cada vez más accesible, significando que van a seguir llegando personas de todo el país a establecerse, a formar familia y ser parte ya de la colorida sociedad, esto trae también consigo un equipaje lleno de tareas nuevas, ya que obliga a replantearse de qué manera conservar lo construido acoplando todos los elementos nuevos.
Mientras tanto, descansamos en la esperanza de que el Chaco se mantendrá como un lugar, en donde la gratitud y la solidaridad al final brillará más fuerte.