Erradicar guardia privada
La perversa pero lucrativa práctica de las guardias privadas, que la semana pasada se cobró la vida de un policía que trabajaba para un casino de Asunción, tiene que ser erradicada definitivamente de la Policía Nacional.
El caso del suboficial mayor Santi Figueredo Santacruz, quien fue asesinado por asaltantes el viernes último sobre la avenida San Martín, dejó al descubierto que miles de uniformados de esta institución siguen operando como guardias y secretarios de particulares, en detrimento de la ciudadanía que a su vez queda desprotegida en las calles por la cantidad insuficiente de personal policial.
El citado efectivo era prácticamente un empleado más del casino Bingopar Candilejas. De hecho, fue ultimado cuando regresaba al referido negocio luego de retirar un caudal de un banco.
Junto con la tragada de dinero del rubro de combustibles, las guardias privadas son los “negocios” más lucrativos para los comisarios, que en la mayoría de los casos duplican o triplican sus salarios con estas prácticas corruptas.
El ministro del Interior, Arnaldo Giuzzio, había advertido que actuaría con mano dura contra la rosca corrupta de la Policía, pero paradójicamente durante su gestión estallaron más escándalos que en los últimos periodos de sus antecesores.