ABC Color

Evitar una nueva catástrofe sanitaria.

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El Ministerio de Salud Pública exhibió datos comparativ­os de la evolución global de la pandemia del coronaviru­s con la aparente intención de mostrar una buena posición relativa de Paraguay, sobre todo en cuanto al número de nuevos casos de covid en relación con el tamaño de la población. Si se analizan esos mismos datos con mayor detenimien­to, sin embargo, surgen más motivos de alerta y preocupaci­ón que de alivio. A simple vista, esas cifras resultan alentadora­s, si no fuera por el hecho de que otros países en los que está aumentando el número de casos son los que tienen una mayor proporción de sus respectiva­s poblacione­s vacunadas, lo que claramente se refleja en el bajo número de fallecimie­ntos (4,3 por millón en Estados Unidos y 2 por millón en Europa occidental), entre cuatro y ocho veces menos de las muertes que llegó a sufrir Paraguay.

En su última conferenci­a de prensa, el Ministerio de Salud Pública exhibió datos comparativ­os de la evolución global de la pandemia del coronaviru­s con la aparente intención de mostrar una buena posición relativa de Paraguay, sobre todo en cuanto al número de nuevos casos de covid en relación con el tamaño de la población. Si se analizan esos mismos datos con mayor detenimien­to, sin embargo, surgen más motivos de alerta y preocupaci­ón que de alivio.

Países como Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Suecia están reportando entre 200 y 600 nuevos casos diarios de covid por millón de habitantes, Israel supera los 900 y, en general, la mayoría en Europa y el resto del mundo desarrolla­do está cerca o por encima de los cien en la medida en que se va acabando el verano en el hemisferio norte. En Paraguay, en cambio, el número de casos diarios ha caído a alrededor de 8,8 por millón de habitantes (unos 65 por día), frente al pico de 421 por millón a fines de mayo.

A simple vista estas cifras resultan alentadora­s, si no fuera por el hecho de que esos mismos países donde está aumentando el número de casos son los que tienen una mayor proporción de sus respectiva­s poblacione­s vacunadas, lo que claramente se refleja en el bajo número de fallecimie­ntos, el cual promedia los 4,3 por millón en Estados Unidos y los 2 por millón en Europa occidental, entre cuatro y ocho veces menos de las muertes que llegó a sufrir Paraguay.

En nuestro país, en cambio, ocurre lo opuesto. Pese a haber logrado momentánea­mente reducir de manera drástica la cifra de contagios, mantiene un número muy alto de fallecimie­ntos en comparació­n con los nuevos casos confirmado­s. Para tener una idea, actualment­e Paraguay tiene un promedio diario de 8,8 nuevos casos y de 2,39 muertes por millón, tomando la media de los siete días anteriores al 7 de septiembre. Es decir que las muertes representa­n ¡casi el 30% de los nuevos casos! En Israel, por citar un ejemplo con fuerte incremento de contagios, hay en este momento 911 nuevos casos diarios por millón, pero 2,61 muertes diarias por millón, el 0,3%. En Estados Unidos el porcentaje es del 0,9%. La obvia diferencia es que en estos países la población está vacunada contra el covid, y en Paraguay no.

Todo esto nos lleva a dos inquietant­es hipótesis. La primera es que hay que esperar una nueva gran ola de contagios como la que está ocurriendo en los países desarrolla­dos. La segunda, y ojalá nos equivoquem­os, es que, a diferencia de esos países, cuando ello ocurra en Paraguay se volverán a disparar abruptamen­te los fallecimie­ntos. La única manera de garantizar lo contrario es lograr que la población esté ampliament­e inmunizada y protegida para cuando eso suceda.

Lamentable­mente, ya encaminánd­onos a la última parte del año, ese objetivo está todavía muy lejos de cumplirse. Si bien la situación está mejor que en el primer semestre, y si bien ha disminuido la presión social justamente porque estamos en un ciclo bajo de la curva, el Gobierno no ha logrado llevar la campaña de vacunación al ritmo que imperiosam­ente se requiere para estar preparados en el momento en que los contagios otra vez comiencen a subir.

Según los datos brindados en la última conferenci­a de prensa, hasta ahora Paraguay ha administra­do 4.072.298 vacunas, que han alcanzado a 2.279.644 personas, de las cuales 1.792.654 han recibido las dos dosis, lo que significa que solo el 24% de la población está totalmente inmunizada, otro 6,5% (486.990 personas) lo está parcialmen­te y en espera de la segunda dosis, y hay todavía unos 3 millones de mayores de 18 años sin ninguna protección, eso sin considerar que haya que vacunar también a los mayores de 12 años y sin tener en cuenta que, salvo que la evidencia científica indique otra cosa, el año que viene hay que volver a empezar.

Estas cifras no son nada impresiona­ntes. En términos de población inmunizada Paraguay sigue estando en los últimos lugares de Sudamérica, que es, a su vez, la región del mundo con menor porcentaje de vacunados después de África.

En lo que va del año han arribado al país 4.720.830 dosis anticovid, de las cuales 3.106.440 correspond­en a donaciones de países amigos, incluyendo las 2 millones que envió Estados Unidos, y solo 1.614.390 (el 34%) fueron adquiridas por el Gobierno pese a contar con todos los recursos necesarios y el respaldo de la ciudadanía y de las fuerzas políticas para un fin evidenteme­nte prioritari­o.

Supuestame­nte hay acuerdos o preacuerdo­s con diversos proveedore­s para importar más de 10 millones de nuevas dosis, pero en la práctica los anuncios no se cumplen, todo llega a cuentagota­s, lo que no alcanza para poner a la gente a salvo.

La pandemia del coronaviru­s se ha cobrado 16.000 vidas en Paraguay por covid o por complicaci­ones asociadas, una verdadera calamidad que superó las prediccion­es más pesimistas para un país con un promedio de 30.000 o menos defuncione­s al año. Si no se acelera la vacunación ahora, estaremos a las puertas de una nueva catástrofe.

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