Empresario ligado a Dalia en escandalo de Aduanas
SE QUEDÓ CON CARGAMENTO RECLAMADO POR COMERCIANTE QUE DENUNCIÓ A JULIO FERNÁNDEZ
■ La empresa Emeku S.A., de Mario Daniel Quiñónez Cattebecke, adquirió sobrante de las mercaderías declaradas de contrabando y vendidas por Aduanas.
■ Su nombre saltó en 2019 en un procedimiento de la fiscalía que lo sindicó como supuesto prestanombre de prófuga Dalia López, ligada al caso Ronaldinho.
■ ]Sin embargo, empresario Khalil Chams, quien pidió la mediación del senador Arévalo (ANR), asegura que la carga quedó en manos del político Denis Vera (ANR).
La empresa de un hombre ligado a la “prófuga” Dalia López aparece vinculada al caso que generó denuncias cruzadas entre el titular de Aduanas y un senador. La firma Emeku SA fue la que compró de forma directa las mercaderías que, según un empresario, fueron retenidas de forma irregular. Uno de sus directivos fue imputado por carga irregular. El nombre Mario Daniel Quiñónez Cattebecke, conectado con la “prófuga” Dalia López Troche, salta ahora como un componente más en el entuerto de corruptela en Aduanas. Tres millones de razones
Un cargamento de US$ 3 millones es el centro de la discordia entre el titular de la Dirección Nacional de Aduanas (DNA), Julio Fernández; y el senador colorado Martín Arévalo, quienes se denunciaron mutuamente por tráfico de influencias.
La historia comenzó el 24 de noviembre de 2019. En ese entonces la Coordinación Operativa de Investigación Aduanera (COIA) incautó un camión que había salido sin realizar los trámites necesarios de la zona aduanera de Encarnación.
En ese entonces, desde Aduanas aseguraron que el cargamento había salido de forma irregular de zona aduanera y que había sido clonado. Esto es, había dos camiones diferentes que habían presentado los mismos documentos.
La carga incautada en 2019 figuraba a nombre de las empresas OVF SA e Importadora GECU SA, aunque el empresario Ahmad Khalil “Armando” Chams
asegura ser el propietario.
El cargamento de Chams fue calificado como contrabando el 24 de junio de 2020. Exactamente dos meses después, el 24 de agosto de 2020, se denunció la desaparición de las mercaderías que habían sido incautadas.
Finalmente, el 11 de diciembre del año pasado, se ordenó el remate del camión y el contenedor, pero las mercaderías fueron vendidas de forma directa. Aparece entorno de Dalia
Según publicó la misma DNA a través de comunicados oficiales y hasta en redes sociales, lo que no llegó a ser robado del cargamento incautado fue vendido por concurso de precios a la firma Emeku SA.
El lunes, el empresario Chams aseguró que las mercaderías quedaron en manos de Denis Vera, candidato colorado a la intendencia de Ybytymí, Paraguarí.
Informes comerciales a los que tuvo acceso ABC señalan que Emeku SA tiene como director presidente a
Mario Daniel Quiñónez Cattebecke; y como directora vicepresidenta a Liliana Zoraida Usedo Rojas.
No es la primera vez que el nombre de Cattebecke aparece ligado a cargamentos incautados por irregularidades aduaneras.
En 2019, Cattebecke fue imputado por la fiscal de propiedad intelectual Carmen Gubetich de Cattoni. Fue luego de un allanamiento realizado en el aeropuerto Silvio Pettirossi durante el que se incautaron productos falsificados.
El cargamento por el que fue imputado Cattebecke había llegado a nombre de la firma Estilos ¿Los propietarios de esa empresa? La prófuga Dalia Angélica López Troche y su marido, Luis Alberto Gauto.
La imputación le costó a la fiscal Gubetich de Cattoni una denuncia ante el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM) que fue desestimada. Una poderosa red
El vínculo entre Quiñónez Cattebecke y las empresas de Dalia López había saltado ya a la luz pública el año pasado, con la detención del exfutbolista brasileño Ronaldinho, quien ingresó a territorio paraguayo con documentos falsos.
Gauto formó parte de la lista de gente que tuvo acceso al salón VIP del aeropuerto Silvio Pettirossi el día de la llegada del exastro del Barcelona español y la selección brasileña.
Ya en ese entonces, se hablaba del gran poder de la pareja de empresarios. En particular, la empresa Estilo se dedicaba a la importación de celulares.
“Ese caso en particular de esta empresa... le allané en tres oportunidades. La empresa trae celulares del exterior. La empresa figura a nombre de un prestanombre de Quiñónez Cattebeke, pero la firma es de Gauto”, indicó en el año pasado Gubetich.
En cuanto a lo que vio durante los operativos que realizó, la fiscala mencionó: “Lo llamativo en el aeropuerto es el despliegue con el que se movilizaban. Entraron con guardaespaldas para hacer la verificación, procedí a incautar, pero lo llamativo fue que al día siguiente ya me recusaron y apartaron del caso”, relató.
“En el aeropuerto, en salida y entrada, a la izquierda, estos señores tienen un depósito para ellos y están con guardaespaldas. Me molesté en una oportunidad con el administrador del aeropuerto, porque ¿cómo puede ser que se muevan así? Me advirtieron que no me metiera con Gauto porque tenía peso en el aeropuerto”, cuestionó la fiscal hace más de un año “Yo mando”
De hecho, Gauto se ufanaba de su poder en la principal terminal aeroportuaria del país.
Así quedó reflejado en los relatos de Wilmondes Sousa y su esposa Paula Regina Oliveira, ambos salpicados también por el caso de los documentos falsos de Ronaldinho.
Sousa recordó que al llegar al Paraguay, donde ingresó con su cédula paraguaya, tuvo el siguiente diálogo con el esposo de la empresaria ahora prófuga: “(...) el esposo de Dalia me preguntó si tuve algún inconveniente para pasar la aduana y manifesté que no, y que fue todo en orden. Entonces el señor Luis me manifestó: “viste como yo mando en el aeropuerto”.
Ahora, el hombre que fue señalado como su prestanombre se quedó con parte de un valioso cargamento en el que habían mercaderías de lujo y que generó un fuego cruzado de denuncias entre un legislador y la máxima autoridad aduanera.
La gente del entorno de Dalia sigue operando tranquilamente, mientras ella sigue “prófuga”.
Intentamos conversar con el titular de la DNA, Julio Fernández; con la administradora Guadalupe Ruiz y con Quiñónez; pero tenían sus teléfonos apagados.