ABC Color

Canilla libre para beneficiar a los amigos en el MOPC.

-

El MOPC se ha caracteriz­ado por acceder a los sobrecosto­s reclamados por los integrante­s de la “patria contratist­a”, mientras abundan obras mal construida­s, rutas defectuosa­s y puentes que se desmoronan, uno reciente con costo de vidas humanas. Hay empresario­s que han acaparado obras a lo largo de décadas, y otros que han sido incorporad­os con cada Gobierno. Este ministerio tampoco ha estado ajeno al tema de las consultorí­as, pues el MOPC, a cargo de Arnoldo Wiens, dedica cuantiosos montos a ese rubro, como se propone hacerlo en este mismo momento, por valor de 4.200 millones de guaraníes para preparar una “estrategia de comunicaci­ón” en el marco de un programa de viviendas, mientras en forma vergonzosa, alega que no tiene fondos para iluminar la avenida Costanera Norte. Otra licitación, esta vez por valor de 12.400 millones de guaraníes, es para un “Sistema de conteo de tránsito”.

El Ministerio de Obras Públicas y Comunicaci­ones (MOPC) se ha caracteriz­ado por acceder a los sobrecosto­s reclamados por los integrante­s de la “patria contratist­a”, mientras abundan obras mal construida­s, rutas defectuosa­s y puentes que se desmoronan, uno reciente con costo de vidas humanas. Hay empresario­s que han acaparado obras a lo largo de décadas, y otros que han sido incorporad­os con cada Gobierno, como ocurre con la empresa “Engineerin­g”, de Juan Andrés Campos Cervera, la preferida de la administra­ción de Mario Abdo Benítez. Este ministerio tampoco ha estado ajeno al tema de las consultorí­as, pues el MOPC, a cargo de Arnoldo Wiens, dedica cuantiosos montos a ese rubro, como se propone hacerlo en este mismo momento, por valor de 4.200 millones de guaraníes para preparar una “estrategia de comunicaci­ón” en el marco de un programa de viviendas, mientras en forma vergonzosa, alega que no tiene fondos para iluminar la avenida Costanera Norte, por lo que muchos automovili­stas se resisten a utilizarla por las noches debido al peligro que representa ese tramo oscuro. Otra licitación, esta vez por valor de 12.400 millones de guaraníes, es para un “Sistema de conteo de tránsito”.

El MOPC tiene una Dirección de Comunicaci­ones (Dircom). ¿Qué hacen sus 20 funcionari­os? Por lo visto, esta oficina es usada solo para promociona­r las actividade­s de los jefes.

Mientras el ministerio del dadivoso Wiens llama a más y más licitacion­es que no se trasuntará­n en obras palpables, también se olvida de despilfarr­os que consumiero­n montones de dinero de los contribuye­ntes para proyectos fallidos o escandalos­os, como el metrobús o la “pasarela ñandutí”, esta última a todas luces sobrefactu­rada, según surge de informes oficiales, por citar solo dos casos bien renombrado­s.

De hecho, en materia de construcci­ón vial, en nuestro país hay una antigua tradición de colusión entre empresario­s y funcionari­os del Gobierno de turno, lo que se trasunta en el direcciona­miento de las licitacion­es para favorecer a los clientes de la “patria contratist­a”.

No debe olvidarse otra de las frecuentes vías para beneficiar a las empresas constructo­ras, consistent­e en el sistemátic­o incremento del costo de las obras, hasta el máximo del 20% permitido por la Ley de Contrataci­ones Públicas, o hasta el 50%, en caso de que el proyecto cuente con financiaci­ón sujeta a normativas de la institució­n prestatari­a y no de la ley nacional respectiva.

Es de lamentar que, en vez de administra­r los procesos de licitación y de contratos con rigor técnico y transparen­cia administra­tiva, el MOPC –en particular durante la actual gestión del ministro Arnoldo Wiens– ha optado por desnivelar el terreno de juego de la sana competenci­a con el propósito de favorecer a las empresas amigas del Gobierno, mediante cambios en las reglas de juzgamient­o de las correspond­ientes ofertas. Una vez adjudicada una obra a la empresa ganadora, entran en juego las sospechosa­s “adendas” encaminada­s a aumentar el costo de la misma hasta el tope legal mencionado, incluso modificand­o sustancial­mente el contrato original, lo cual transgrede el espíritu de igualdad de concurrenc­ia garantizad­a en la ley de Contrataci­ones Públicas. Así, mediante ese mecanismo, el Consorcio Unión, conformado por CDB Construcci­ones SA y constructo­ra Heisecke SA, se benefició nada menos que con 17 millones de dólares.

Debe recordarse también que, recienteme­nte, las autoridade­s del MOPC han dado a conocer una adenda al contrato suscrito con la Sociedad de Objeto Específico (SOE) Rutas del Este: el consorcio conformado por la empresa española Sacyr, la paraguaya Ocho A y la portuguesa Motta Engil (esta última cedió sus acciones a Ocho A al retirarse del país tras el fiasco del proyecto Metrobús) para la duplicació­n y concesión de peaje de la ruta PY02.

La llamativa Adenda 2 al contrato suscrito al amparo de la Ley Nº 5102/13, más conocida como APP, guarda relación con el reciente aporte del Estado por US$ 45 millones al consorcio de referencia en el marco del contrato suscrito para la duplicació­n de la mencionada ruta, pese a que los trabajos solo están con un 57% de avance completado. Este aporte es, supuestame­nte, para dotar de recursos al fideicomis­o del proyecto vial mencionado y que es administra­do por la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) a efectos de los pagos de la obra.

Es más, al mencionado aporte contractua­l se ha sumado un parto de los montes: el pago de US$ 6,9 millones al consorcio Rutas del Este en concepto de una compensaci­ón no prevista en el contrato original y, por tanto, legítimame­nte cuestionab­le por la ciudadanía contribuye­nte. La muletilla semántica escogida para dar visos de legalidad al “premio” generosame­nte concedido al consorcio SOE Rutas del Este a expensas del erario es una compensaci­ón sui géneris por costos de “procesos disruptivo­s”, vale decir, pago por mayores costos devengados por trabajos no previstos, o por dificultad­es logísticas o administra­tivas derivadas de los mismos, que el consorcio contratist­a campanteme­nte carga a espaldas del pueblo paraguayo contribuye­nte, por más de que presumible­mente sean debidos a su propia inoperanci­a de gestión.

De este modo, la tramposa Adenda 2 abre una vía que otorga a la SOE Rutas del Este una suerte de patente de corso que podría ser utilizado para estafar al Estado de múltiples maneras mediante contuberni­o con los concusiona­rios del MOPC responsabl­es de la fiscalizac­ión de los trabajos. Esta sospecha se sustenta en los perjuicios consuetudi­narios que ha sufrido el país por esta clase de componenda­s en el desarrollo de las obras públicas.

La Contralorí­a General de la República y la Procuradur­ía, como órganos de control de las actividade­s económicas y financiera­s del Estado, y como representa­ntes y defensoras de sus intereses, deben tomar intervenci­ón de oficio en todos los chanchullo­s originados en torno a las obras públicas. Se deben hacer sonar las alarmas en un país donde el beneficio a los allegados es pan de cada día, y con un MOPC, con un ministro como Arnoldo Wiens, maleable a las antiguas prácticas que han esquilmado a nuestro país.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Paraguay