Nube de gases tóxicos del volcán de Canarias llegará a parte de Europa
Una nube de gases tóxicos generados por la erupción del volcán en el archipiélago español, Canarias, afectará a unos seis países de Europa. Autoridades meteorológicas advirtieron sobre la elevada emisión de dióxido de azufre. Por el momento está permitido el vuelo a los aviones comerciales.
BRUSELAS (EFE). La erupción volcánica en la isla canaria de La Palma, que inició el pasado domingo, está emitiendo una elevada cantidad de dióxido de azufre a la atmósfera que llegará mañana a cubrir buena parte de la península ibérica, casi todo Marruecos y Túnez y las costas mediterráneas de Francia, Italia, Argelia y Libia, informó el sistema europeo de satélites Copérnico.
Hasta anoche, las autoridades aéreas permitían el vuelo de aeronaves de tipo comercial, debido a que éstos transitan por la tropostera, es decir, a una altitud de entre 10 y 15 kilómetros, por lo que ha descartado que esta erupción afecte a la aviación comercial.
Sí se prohibió la circulación de pequeñas naves o particulares.
Desde el satélite se observa la presencia de dióxido de azufre en la atmósfera. Según el análisis, se registrarán los niveles más elevados en la costa atlántica marroquí, la costa mediterránea española, el sur de Cerdeña, el norte de Sicilia y la costa tunecina.
En menor cantidad, el mapa destaca también la presencia de esta sustancia en la mitad este de España, sur de Francia, la costa oeste italiana, la isla francesa de Córcega y toda la costa mediterránea africana, además de amplias extensiones de terreno en el interior de Marruecos, Argelia, Túnez y Libia.
Lento avance
La lava del volcán Cumbre Vieja en la isla española de La Palma (archipiélago de Canarias, perdió velocidad ayer, pero avanzaba sin freno, multiplicando los estragos a su paso ante la impotencia de los vecinos, informó AFP.
La lava “se ha ralentizado, pero sigue su camino inexorable”, advirtió en conferencia de prensa Ángel Víctor Torres, presidente regional de las Islas Canarias, aconsejando a los vecinos no intentar nada contra ella y evitar maniobras que les pongan en peligro.
Hasta ayer, la erupción arrasó ya 154 hectáreas y destruyó 320 edificaciones, informó el sistema de medición geoespacial europeo Copernicus, en un incremento notable respecto a sus datos anteriores.
La llegada de la lava al mar despierta temor por las reacciones que provoca, y se había dado por descontada. Sin embargo, ya no es segura porque el descenso del magma ha ido perdiendo velocidad.
Según los últimos datos del Gobierno canario, estas ardientes columnas grises y naranjas se desplazan ahora a cuatro metros por hora, engullendo la vegetación y las construcciones que encuentran a su paso.
Las cenizas volcánicas en suspensión bloquean, además, la luz solar y reducen la visibilidad en la zona, por lo que los servicios de emergencia pidieron a la población de esta isla atlántica de unos 85.000 habitantes que limiten sus desplazamientos.
Autoridades evacuaron hasta el momento a unas 6.100 personas, entre ellas 400 turistas. Sin saber si podrán regresar algún día, muchos pobladores se vieron obligados a dejar sus casas en apenas unos minutos.