Elección inteligente
serán la prueba. Sabremos si el clientelismo creado por los corruptos empotrados en el poder supera a la generación que sí cree en una ciudad mejor, en un país mejor. Un país donde la capacidad e idoneidad sean suficientes para acceder a un buen empleo sin necesidad de pertenecer a ningún partido. Los jóvenes que se sacrificaron para adquirir una formación acorde a las exigencias se merecen una oportunidad. No permitamos que mentes brillantes tengan la necesidad de buscar mejores horizontes en el extranjero y por sobre todo que el ciclo de pobreza siga creciendo favoreciendo el clientelismo y la corrupción. Cada vez más paraguayos están sumidos en la pobreza extrema, situación propiciada por falta de una educación adecuada que posibilite a la persona la adquisición de conocimientos y herramientas para la resolución de problemas. Condicionada, además, por la falta de oportunidades debido a la corrupción imperante. Es común escuchar decir a los jóvenes que lo importante no es tener habilidades, sino contactos. Contactos entre gente ligada a instituciones estatales y políticos que los recomienden a fin de “trabajar” en alguna repartición gubernamental. Al no ser requisito “tener habilidad” nos lleva a concluir que esos “contactos” solo necesitan planilleros de los que sacan un porcentaje, llevando a su vez al clientelismo. Esta situación desalienta las ganas de estudiar y esmerarse para obtener competencias, ya que sin los “contactos” la instrucción de nada sirve, pero beneficia a unos pocos mandando a muchos a la pobreza extrema. Casos como los “caseros de oro” y la funcionaria del Senado, que en lugar de acudir a su trabajo lo hacía en la casa del exsenador condenado Óscar González Daher, son meros ejemplos. El pensamiento está enraizado en nuestros jóvenes. En Pedro Juan Caballero tenemos funcionarios que se pasan más tiempo haciendo campañas proselitistas que realizando sus trabajos en la institución donde fueron contratados. No es tarde para cambiar esa realidad, las próximas elecciones