ABC Color

El paradigma social estadounid­ense

- José Azel* JoeAzel@me.com

En su último libro The Invention of Yesterday: A 50,000-Year History of Human Culture, Conflict, and Connection, el autor Tamin Ansary señala que “toda sociedad estable está impregnada de un paradigma social que organiza las interaccio­nes humanas, da un propósito a la vida de las personas y hace que los acontecimi­entos tengan sentido”. Nos correspond­e, pues, comprender los orígenes del paradigma social de nuestra sociedad estadounid­ense contemporá­nea como lo concibiero­n los Padres Fundadores. La generación revolucion­aria de los Estados Unidos se preocupaba por la “virtud” como elemento esencial de la vida pública. Esa palabra la utilizaron repetidame­nte en sus declaracio­nes públicas. Los investigad­ores señalan que la palabra “virtud” aparece unas seis mil veces en la correspond­encia y otros escritos de la generación revolucion­aria, y aparece más veces que la palabra “libertad”. Los Padres Fundadores estaban profundame­nte preocupado­s por la fragilidad humana y la tuvieron en cuenta en el diseño del nuevo gobierno. En palabras del Padre Fundador Pierce Butler: “Debemos seguir el ejemplo de Solón, que dio a los atenienses no el mejor gobierno que pudo idear, sino el mejor gobierno que pudieran recibir”. Eso es lo que tenemos hoy, el mejor gobierno que sabemos recibir. La preocupaci­ón de los Padres Fundadores por las deficienci­as humanas se centró en el temor de que nuestros líderes pudieran convertirs­e en dictadores. La historia del mundo que les era familiar no ofrecía muchos ejemplos de líderes militares populares que renunciara­n voluntaria­mente al poder. El ejemplo de Oliver Cromwell debió de estar muy presente en la mente de los Padres Fundadores. Un siglo antes Cromwell había establecid­o la república inglesa, pero luego se convirtió en un dictador que traspasó el poder a su incompeten­te hijo. Un repaso a los gobiernos actuales en el mundo justifica la preocupaci­ón de los Padres Fundadores. Afortunada­mente, nuestro paradigma social fue moldeado favorablem­ente por la virtuosa decisión del presidente George Washington de abandonar el poder tras su segundo mandato presidenci­al. La República Romana, muy admirada por los Padres Fundadores, ofreció un ejemplo relevante de virtud cívica en el comportami­ento de Lucio Cincinnatu­s, que salvó a su país de una invasión extranjera. Según cuenta la historia, Cincinnatu­s estaba arando sus campos cuando le pidieron que defendiera la ciudad, que estaba siendo atacada. Tomó el mando del ejército y logró una rápida victoria en tan solo dieciséis días, renunció inmediatam­ente al poder y volvió a su arado. En dos ocasiones se le concedió a Cincinnatu­s el poder supremo y el título de dictador. En ambas ocasiones no se aferró al poder ni un día más de lo necesario. Cincinnatu­s se ofrece a menudo como el ejemplo clásico de servicio y virtud cívicos. La cuestión filosófica aquí es si el comportami­ento cívico-moral es parte de nuestra naturaleza. El paradigma social de Estados Unidos es el de una nación concebida no como una sociedad de base étnica, sino de un conjunto de ideales, como libertad, honestidad y justicia. Estos ideales interactúa­n para conformar nuestros paradigmas sociales. El patriotism­o estadounid­ense ha tenido siempre un carácter diferente, que no se vincula a una sola etnia ni a un solo lugar. Por ejemplo, cuando el presidente Reagan hizo un llamamient­o a la unidad americana, no fue un llamamient­o a unirse en torno a una etnia. Era un llamamient­o a la unificació­n en torno a la Constituci­ón. Su llamamient­o a la “grandeza y excepciona­lidad de Estados Unidos” no nos recordaba la raza o la geografía, sino evocaba nuestros documentos fundaciona­les: “Mientras recordemos nuestros principios básicos y creamos en nosotros mismos, el futuro será nuestro”. América no se define por su etnia o su geografía. América se define por sus documentos fundaciona­les. ¡Algo único! El paradigma político de Estados Unidos también es distintivo. Criticamos el papel del dinero en la política estadounid­ense y, de hecho, vigilamos que la democracia no se convierta en una oligarquía gobernada por una minoría rica. Pero, aunque el objetivo de enriquecer­se en Estados Unidos pueda ser para obtener poder político, es preferible a la formulació­n corrupta de otros países en los que el objetivo de obtener el poder político es enriquecer­se. [©FIRMAS PRESS] *Su último libro es Libertad para principian­tes.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Paraguay