Complejas negociaciones políticas tras la era Merkel
Tras las elecciones del 26 de septiembre en Alemania, los socialdemócratas, los más votados, por poco margen; y los conservadores de Angela Merkel, quien se retira del gobierno, tras 16 años en el poder, empezarán cada uno por su lado a negociar para intentar hacerse con la cancillería.
BERLÍN (AFP). Estas negociaciones se auguran complejas para la primera potencia económica europea, que en 2017 ya necesitó más de seis meses para formar gobierno, lo que provocó una parálisis en la Unión Europea.
Después de ser el más votado, aunque con una poca cantidad (con 25,7% de los votos), el SPD de Olaf Scholz parte en la “pole position” para liderar el futuro objetivo.
Mientras tanto, la segunda más votada fue la coalición conservadora CDU-CSU, con 24,1% de los votos, que obtuvo menos de 30% de los sufragios por primera vez desde 1949.
El SPD negocia con los liberales del FDP y con los Verdes, dos agrupaciones claves para la formación del próximo gobierno.
El objetivo de Scholz es suceder a Merkel al frente de la cancillería gracias a una coalición tricolor, con liberales y ecologistas.
Según el socialdemócrata Scholz, “está claro en todos los sondeos que la gente no quiere que la CDU-CSU forme parte del próximo gobierno”.
Pero la coalición conservadora de la CDU-CSU no renuncia a liderar el próximo ejecutivo.
Los democristianos liderados por Armin Laschet también se negocian con el FDP y con los Grünen (Verdes).
Según Der Spiegel, se trata de una situación digna de una gran “partida de póquer”.
El 59% de los alemanes prefiere una coalición entre socialdemócratas, verdes y liberales, mientras que el 24% apuesta por una alianza “jamaiquina” entre la CDU, el FDP y los Grünen, según un sondeo de la cadena pública ZDF.
Tres cuartas partes de los electores quieren a Scholz como canciller, experimentado, pero con poco carisma, y solo 13% a Laschet.
No obstante, las negociaciones con verdes (filosocialistas) y liberales no serán nada fáciles, dadas las diferencias ideológicas entre ambas formaciones, pero ambos partidos comparten su voluntad de estar presentes en el próximo consejo de ministros.
Los liberales, ideología favorable a no agrandar el aparato estatal, no ocultan que hubieran preferido tratar con los conservadores, pero parecen dispuestos a hacer concesiones a las políticas estatistas de los socialistas.