Entregaron 15 pistolas y siete fusiles
La Fiscalía y la Policía de Crimen Organizado allanaron el martes último el depósito fiscal de la Dimabel luego de que el 25 de marzo pasado hallaran en Luque, en poder del sicario Freddy Esteban González Núñez, una pistola Glock calibre 9 milímetros que a su vez formaba parte del lote de siete fusiles y 15 pistolas que ya fueron incautados en 2018, pero del poder de una célula del Comando Vermelho que cayó en Asunción.
Freddy fue uno de los supuestos criminales que en 2019 rescataron en Asunción al narco Jorge Samudio, alias Samura.
En una conferencia de
El coronel Santiago Fretes informó ayer en una rueda de prensa que la Dimabel entregó al Ministerio Público 15 pistolas y siete fusiles entre el lunes y el martes. Se trata de un lote de armas incautadas el 4 de octubre de 2018, durante un allanamiento de la Senad a un escondite de miembros del grupo criminal brasileño Comando Vermelho en Asunción.
Una de las pistolas de ese lote fue incautada de nuevo en marzo del poder de Freddy Esteban González, implicado en la emboscada que liberó a Jorge Teófilo Samudio, alias “Samura”, en setiembre de 2019.
prensa ofrecida ayer por los fiscales Alicia Sapriza y Marcelo Pecci, la primera señaló que “la situación fue que constatamos que faltarían pistolas de ese lote (incautado en 2018), específicamente
7 a 8 pistolas que faltarían. Sobre las armas largas, los fusiles, estarían sin accesorios, algunos inutilizados, puesto que le faltaría todo el mecanismo de disparo”.
Ahora queda a cargo del departamento de Criminalística de la Policía corroborar si las armas devueltas por Dimabel durante el allanamiento el martes corresponden al lote analizado en 2018. Sapriza manifestó su preocupación por “la falta de documentación –en Dimabel– al momento de la entrega o recepción de las armas, para un control más efectivo”. A esto hay que agregar que, “ninguna cámara de seguridad funcionaba, ni dentro ni fuera del depósito”.
En otro momento cuestionó que la “Dimabel no pudo entregar ningún documento que justifique el faltante de las armas y, obviamente, no pudo justificar cómo es que un arma que debió estar en su depósito aparece en marzo de este año en poder de una persona procesada por el caso de la fuga de Samura”.
Ante la consulta de si la institución cuenta con algún cuaderno por lo menos donde anota las armas ingresadas a su depósito, Sapriza respondió que “no tienen ni siquiera eso” y que “no individualizan las armas por número de causa”.