Consideran que la transición hacia las energías limpias es “demasiado lenta”
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) advirtió que la transición hacia energías limpias “es demasiado lenta” y pidió más inversión en fuentes renovables.
A dos semanas de la apertura de la cumbre climática COP26 de Naciones Unidas y en plena escalada de los precios de la electricidad en Europa, la agencia lanza en su informe anual “serias advertencias ante la dirección que está tomando el mundo” en esta cuestión.
El informe de este organismo de la OCDE reconoce la emergencia de una nueva economía de baterías, hidrógeno o coches eléctricos, pero este progreso queda contrarrestado por “la resistencia del statu quo y las energías fósiles”.
Gases de invernadero
“El progreso de las energías limpias es demasiado lento para situar las emisiones globales en un declive sostenido hacia cero” para 2050, lo que permitiría mantener el calentamiento global por debajo de +1,5 ºC, indica la agencia.
El petróleo, el gas y el carbón están en el origen todavía de un 80% del volumen total de la energía consumida.
Hasta ahora, los compromisos ecológicos adquiridos por los Estados solo permitirían, en caso de cumplirse, alcanzar hasta 2030
un 20% de la reducción total de emisiones de gases de efecto invernadero necesaria para mantener el calentamiento bajo control.
“Las inversiones en proyectos energéticos descarbonizados deben triplicarse en diez años para (alcanzar) la neutralidad de carbono en 2050”, apunta el director de la AIE, Fatih Birol.
Como la crisis del covid frenó los progresos en la electrificación, especialmente en África subsahariana, la financiación de los países emergentes es clave porque deberán equiparse evitando las centrales de carbón.
“Riesgo de turbulencias”
El organismo ofrece tres escenarios de futuro.
En el primero, los Estados continúan como en la actualidad: las energías limpias se desarrollan, pero el aumento de la demanda y la industria pesada mantiene los niveles de emisión actuales.
En este caso, el calentamiento llegaría a +2,6 ºC respecto a la era preindustrial, lejos del +1,5 ºC que garantiza un impacto gestionable en el clima.
En un segundo escenario, los países cumplen sus compromisos y más de 50 de ellos, incluidos los de la Unión Europea, alcanzan la neutralidad de carbono. En esta situación, la demanda de combustibles fósiles alcanzaría su techo en 2025 y el incremento de temperaturas sería de +2,1 ºC.
La tercera opción, la única para no superar los +1,5 ºC, es la neutralidad de carbono mundial y “requerirá esfuerzos mayores, pero ofrece ventajas considerables para la salud y para el desarrollo económico”, dice la AIE.