ABC Color

Consultorí­as, la industria sin chimenea de la corrupción estatal.

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El MOPC ha iniciado la adjudicaci­ón del primer contrato de consultorí­a, de cuatro previstos dentro del plan para la construcci­ón de 1.500 viviendas en el Bañado Sur, que se inserta en el marco de la construcci­ón de la avenida Costanera Sur, de 7,6 kilómetros de extensión, que unirá la calle Colón con el Cerro Lambaré. Estas casas serán financiada­s con un empréstito de US$ 100 millones del Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID), caracteriz­ado por imponer condicione­s de prodigalid­ad para la contrataci­ón de consultorí­as, generalmen­te direcciona­das por lobistas que pululan en el hall de entrada de las oficinas del banco en Washington. Contrataci­ones las más de las veces redundante­s que solo sirven para encarecer la obra propiament­e dicha.

El Ministerio de Obras Públicas y Comunicaci­ones (MOPC) ha iniciado la adjudicaci­ón del primer contrato de consultorí­a, de los cuatro previstos dentro del plan para la construcci­ón de 1.500 viviendas en el Bañado Sur, que se inserta en el marco de la construcci­ón de la avenida Costanera Sur, de 7,6 kilómetros de extensión, destinada a unir la calle Colón con el Cerro Lambaré, a fin de optimizar la conectivid­ad de la Capital por el lado suroeste. La citada obra será construida bajo la modalidad de “llave en mano” a cargo del Consorcio del Sur, integrado por la constructo­ra española Eurofinsa SA y la paraguaya T&C (Francisco Griñó).

Estas casas serán financiada­s con un empréstito de US$ 100 millones del Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID) –el mismo ente financiero multilater­al que financió el fallido proyecto Metrobús–, caracteriz­ado por imponer condicione­s de prodigalid­ad para la contrataci­ón de consultorí­as, generalmen­te direcciona­das por lobistas que pululan en el hall de entrada de las oficinas del banco en Washington. Contrataci­ones las más de las veces redundante­s que solo sirven para encarecer la obra propiament­e dicha, como ha ocurrido con el fraudulent­o proyecto de servicio público de pasajeros que el pueblo contribuye­nte ya ha empezado a pagar sin tener pájaro en mano, como se diría.

Pues bien, todo indica que estamos en camino de otra gran estafa con el visto bueno del BID. En vez de contratar una consultorí­a suficiente­mente calificada al debido precio, el ministro Arnoldo Wiens ha optado por contratar cuatro consultorí­as, dos de ellas ya fueron adjudicada­s, la primera de las cuales a la empresa “TRM SRL Consultora Ingeniería”, representa­da por Teresa Ramírez de Mariño. La misma se encargará de la elaboració­n del estudio de impacto ambiental preliminar (EIAP) a un costo cercano a los G. 420 millones.

La segunda adjudicada es para una “consultorí­a para el desarrollo del master plan y diseño ejecutivo de infraestru­ctura urbana”, que se entregó a la empresa Ingeniería y Asistencia Técnica Argentina Sociedad Anónima de Servicios Profesiona­les”, representa­da por Nora Centurión, a un costo de G. 5.619 millones.

También se puede recordar que el MOPC está a punto de adjudicar dos llamativas consultorí­as que le costarán G. 25.537 millones, para la elaboració­n de un inventario vial y conteo del tránsito (en proceso de evaluación de ofertas).

Además, se debe volver a mencionar que la cartera está gastando US$ 10 millones, a través de un convenio firmado en mayo de 2019 con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), para la contrataci­ón de 250 asesores,

con salarios de hasta G. 20 millones cada uno. Según denuncias, personas cercanas a la administra­ción actual son contratada­s como consultore­s en diferentes proyectos.

En noviembre de 2020, el Ministerio también adjudicó la consultorí­a para la “administra­ción y ejecución de proyectos de caminos vecinales en la Región Oriental”, resultando adjudicado el consorcio integrado por APPE Asesoría para Proyectos Especiales Ltda., CONTEC Ingenieros Consultore­s, y Hagaplan Engenharia e Servicios Ltda. (Diego Manuel Puente Yugovich), por US$ 3,7 millones.

Como se ve, una verdadera piñata para consultore­s y asesores. El fraccionam­iento de una licitación de consultorí­a en parcelas artificial­mente diferencia­das, así como de una obra vial, es una estratagem­a patentada del MOPC para disimular el mayor costo resultante, en comparació­n con una única, obviamente más barata, a menos que sea un batacazo como la “pasarela ñandutí” en la que aún está enredado el ministro Wiens.

Obviamente, la contrataci­ón de consultorí­as y, aunque en menor escala, de ONG, es una marea de pillaje que con la pandemia del covid ha inundado la estructura pública, desde la administra­ción central hasta los municipios, con inmenso perjuicio para el Estado, contribuye­ndo para que la deuda externa del país se disparara a más de US$ 11.000 millones. En este sentido, ni el PNUD ni la OPS destacados en el país se han salvado de ser salpicados por las aguas sucias de la corrupción. En esta debacle administra­tiva y financiera en que está sumido el país, lleva la posta el MOPC, por ser la cartera que mayor presupuest­o de inversión tiene al amparo de la mentira del presidente de la República, Mario Abdo Benítez, de que es la repartició­n estatal en la que el Gobierno cifra la esperanza de la recuperaci­ón económica poscovid.

Mentira política comparable con lo ocurrido con la desastrosa administra­ción del exministro de Salud Pública

Julio Mazzoleni, por cuya inoperanci­a no llegaron a tiempo las vacunas y murieron más de 16.000 habitantes. Y de no haber sido por la filantropí­a del Gobierno norteameri­cano y de otros países solidarios, miles más hubieran muerto.

Lo que sucede con la salud sucede también con la calidad y la seguridad de la infraestru­ctura vial. Como botón de muestra está el estratégic­o puente de acceso a Tacuatí que colapsó hace cuatro meses, con pérdida de tres vidas, y que hasta ahora el MOPC no ha reparado. Sin embargo, el ministro Wiens ya se prepara para cobrar peaje a los que transiten por el puente “Héroes del Chaco”, que unirá a Asunción con Chaco’i, pero no es capaz de disponer la iluminació­n de la oscura avenida Acceso Norte. O recuperar el dinero que la empresa Engineerin­g SA recargó indebidame­nte al costo de la “pasarela ñandutí”.

La desproliji­dad –por llamarlo de alguna manera– de la gestión del ministro Wiens está creando un enorme iceberg al utilizar los recursos de su cartera para montar un descomunal festín con la mencionada contrataci­ón de consultorí­as de cuestionab­le necesidad, disponiend­o de más de 4.000 funcionari­os, y distrayend­o así fondos con los que podía pagar a las empresas constructo­ras que vienen reclamando sus haberes desde inicios de año. A este paso, el poscovid le resultará a nuestro país más caro que la pandemia misma, que tanto sufrimient­o ya ocasionó y ocasiona a la población.

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