Docente figura como representante de “superproveedor” de municipios
Un docente aparece como representante de la firma Consultora San Miguel, “superproveedora” de varios municipios salpicada por el escándalo de las facturas falsas. Como propietario de la firma aparece un exdespensero de 80 años. La empresa declara sede a cuadras de la casa de un diputado casado con otra mencionada en el caso.
“Consultora San Miguel” es el nombre de fantasía de la unipersonal que aparece ligada a Cristino Jara López, un hombre de 80 años de Itá, salpicado por el escándalo de las facturas falsas presentadas como justificación de compras y obras realizadas por 17 municipalidades y una gobernación.
Según consta en la página web de la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP), la firma fue adjudicada entre 2014 y 2021 con un total de 295 contratos con entidades públicas por más de G. 57.000 millones. Lo llamativo del caso es que el titular de la firma es un modesto trabajador que, según informes a los que tuvo acceso nuestro diario, tenía como actividad comercial la explotación de una despensa en la ciudad de Itá.
Entre los datos declarados ante la DNCP, Consultora San Miguel declaró como dirección de correo electrónico de contacto prof_nelson@hotmail.com. Esta dirección de correo pertenecería al yerno de Jara López, Nelson Germán Ortiz Patiño.
Informes a los que tuvo acceso nuestro diario dan cuenta de que Ortiz Patiño es el representante de la empresa y es quien realmente maneja los negocios.
Lo llamativo del caso es que Ortiz Patiño es docente de una escuela subvencionada de Itá. Según la base de datos del Ministerio de Educación y Ciencias, percibe unos G. 5 millones de remuneración.
Curiosamente, el docente maneja una empresa que debía realizar obras en simultáneo en diferentes puntos del país, mientras cumplía con sus obligaciones laborales.
Otro punto bastante llamativo es que Consultora San Miguel declara como sede la casa de Cristino Jara López, una modesta residencia en la ciudad de Itá.
La casa de Jara López se encuentra ubicada a escasas cuadras de la residencia del diputado liberal llanista Sergio Rojas, cuya esposa Gloria Patricia Cantero Benítez, es propietaria de otra empresa proveedora del Estado salpicada por el escándalo.
Cantero entró en contradicciones ayer al decir primero que no conocía a Jara y después a decir que sí.