Editores de América Latina y Europa alertan sobre acoso al periodismo
Culminó ayer la reunión del V Congreso de Editores de Medios de la Unión Europea y América Latina y el Caribe, con una declaración en la que se exponen las presiones que soporta el periodismo en su tarea informativa, así como sobre los nuevos desafíos de esta actividad clave para las sociedades.
El mencionado Congreso, “tras los debates y reflexiones sobre la realidad del sector de la comunicación y del mercado global en el que ha de desenvolverse y competir, expresa la disposición de los profesionales a seguir contribuyendo al bienestar sociocultural”, dice en su inicio la Declaración de Madrid, firmada por los asistentes, entre quienes figura el Jefe de Redacción de ABC Color.
Partes resaltantes de dicho documento las exponemos a continuación.
Defensa de la libertad de expresión y del derecho a la información. Ante los reiterados ataques sufridos por los profesionales de la comunicación, tanto en América Latina-Caribe, como en la Unión Europea, nos reafirmamos en la defensa de los derechos a la información y a la libertad de expresión como universales e inalienables.
La comunicación es vanguardia global y ha de responder en tiempo real a las demandas de transformación y adaptación económicas,
empresariales, sociales o tecnológicas, manteniendo sus principios.
La labor del profesional de la
comunicación. Defendemos la comunicación como un bien social, caudaloso en sus aportaciones: fuente de información, creación de opinión autorizada y referencia de la realidad.
Hay que reclamar un espacio de respeto para el periodista basado en la libertad.
De acuerdo con la línea marcada por diversas Asociaciones de Prensa internacionales, se suscribe la defensa del “llamado ecosistema digital” del periodismo profesional, el único que asegura la responsabilidad ante terceros, el contraste de las noticias y la rectificación de los posibles errores, así como el secreto de las fuentes.
Reconocimiento a los profesionales en riesgo. El Congreso homenajea a los compañeros que han muerto en el ejercicio de su profesión, singularmente de aquellos que informaban en zonas de conflictos armados o sociales, así como a todos aquellos que deben realizar su trabajo en situaciones de riesgo para su persona.
Basado en lo anterior, condenamos aquellos Estados que fallan en garantizar el ejercicio de la libertad de expresión y el derecho a la información, permitiendo que, a través de un evidente abuso del sistema de justicia, se castigue de
forma desproporcionada a los periodistas con la penalización de los delitos de calumnia e injuria.
La batalla contra la desinformación. La proliferación exponencial de las llamadas “Fake News” nos sitúa ante el riesgo continuo de la desinformación.
El incuestionable interés público del sector adquiere un valor esencial en un momento de sobreabundancia de informaciones sin origen conocido, malintencionadas.
Sin embargo, la desinformación se convierte en una suerte de oportunidad para los medios de comunicación capaces de ofrecer información veraz y verificar fuentes fidedignas.