El plan de la OMS
Con mucha razón, mucha gente está preocupada por lo que nuestro gobierno vaya a comprometer durante la 75 Asamblea de la Organización Mundial de la Salud, que se reunirá del 22 al 28 de mayo próximos.
La Asamblea es el órgano gobernante de la OMS, determina las políticas de la OMS a propuesta de su comisión ejecutiva.
Esta Asamblea incluye no solamente a Estados sino también a “representantes de la sociedad civil”, las famosas ONGs, a las que ilegítimamente se dio participación en un organismo que dicta políticas a las que los Estados deben comprometerse: Privados no elegidos por nadie, sin control de nadie, impuestos solamente por su dinero, deciden las políticas de los países y participaron en la formulación de las políticas que se proponen en la 75 Asamblea.
Paraguay no debe comprometerse a implementar política alguna que incluya a dichas ONGs en organismos decisorios y debe dejar resalva que no implementará ninguna política que viole nuestra Constitución.
La 75 Asamblea propondrá una “más fuerte y más inclusiva preparación para pandemias” (HEPR por sus siglas en inglés), cuyo punto 8 exige “acciones coordinadas y colectivas”; el punto 13 requiere una “gobernanza que asegure una coherente y coordinada respuesta global” a pandemias; y el punto 14 propone un “Acuerdo para pandemias” que “asegure el compromiso político de los gobiernos” tomando como ejemplo mecanismos como el COVAX (punto 17); el punto 19 aclara que se trata de “establecer normas, estándares y otros acuerdos internacionales“; el punto 23 remarca que las ONG formarán parte del órgano decisorio para “evitar estructuras paralelas que conduzcan a la fragmentación” (inciso 8); el punto 24 señala que esta gobernanza global tendrá como objetivo “asegurar una acción colectiva”, “alentar la adhesión” a esas normas porque las respuestas nacionales son
“fragmentadas, inconsistentes e inefectivas” (punto 40) por lo que su objetivo debe ser potenciar mecanismos como COVAX (punto 44); que el punto 46 se encarga de confirmar y reafirmar “mediante la colaboración de los institutos públicos de salud e influyentes compañías privadas e individuos”; el punto 54 advierte que un instrumento para asegurar la colaboración será establecer un órgano único de financiación, el FIF –por sus siglas en inglés–.
Estos lineamientos se encuadran plenamente, totalmente, en el esquema de gobernanza global corporativa y no democrática del Foro de Davos, que pretende suplir al gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo por otro, de organizaciones privadas no elegidas por nadie.
Nuestro gobierno ya firmó una nota adelantando su intención de firmar la propuesta de la OMS aunque tiene expresa y totalmente prohibido, por el Artículo 3 de nuestra Constitución, “atribuirse, ni otorgar a otro ni a persona alguna (las ONG por ejemplo), individual o colectiva, facultades extraordinarias” como son las que inconstitucionalmente impuso el decreto 3456 a instancias, precisamente, de la OMS.