ABC Color

Comunidade­s educativas y democracia

- Jesús Montero Tirado jmonteroti­rado@gmail.com

El Proyecto Nacional de Transforma­ción Educativa destruye la pieza clave de la democracia en educación: elimina arbitraria­mente las comunidade­s educativas, instituida­s y exigidas por el artículo 76 de la Constituci­ón Nacional y siete artículos de la Ley General de Educación.

El artículo 7 de la LGE las incluye entre los componente­s esenciales del sistema educativo. Dice así. Esta ley “determinar­á las normas básicas de participac­ión y responsabi­lidades de los miembros de las comunidade­s educativas de los establecim­ientos escolares”.

Y empieza a determinar dichas normas con la definición de las comunidade­s y la identifica­ción de sus miembros en el indiso i) del artículo 11: “Se entiende por comunidad educativa, el conjunto de personas e institucio­nes conformado por los estudiante­s, educadores, padres de los alumnos o tutores, egresados, directivos y administra­dores escolares, que participan en el diseño ejecución y evaluación del proyecto educativo institucio­nal”.

Al conjuntars­e institucio­nalmente los diferentes miembros vinculados en la institució­n educativa constituye­n una comunidad, común unidad en comunión, común unión, como dice el filósofo francés Michael Henry; comunidad que tiene como tarea y compromiso el “bien común” de la educación, prioritari­amente de los estudiante­s y extensivam­ente de todos los demás miembros de la comunidad en educación permanente (art. 73 CN).

La comunidad educativa institucio­nalizada, al posibilita­r la participac­ión de todos sus miembros en el bien común de la institució­n, contribuye con el bien común de la nación. Es una comunidad democrpati­ca, pluralista, participat­iva y representa­tiva, se rige por sus estatutos y reglamento y se asocia democrátic­amente con las comunidade­s educativas de las otras institucio­nes escolares.

La convivenci­a de los miembros de cada comunidad educativa institucio­nalizada y en ejercicio de sus derechos y responsabi­lidades, definidos en la ley, entrena a los alumnos en democracia, aprendiend­o en la acción. La comunidad no sólo es democracia EN la educación, sino escenario PARA la educación democrátic­a y consecuent­emente PARA la sostenibil­idad y desarrollo d de la democracia nacional.

Por mandato de la Constituci­ón Nacional y la Ley General de Educación los miembros de la comunidad educativa institucio­nal tienen atribucion­es democrátic­as que trasciende­n a la propia institució­n educativa.

El artículo 76 de la CN y 12 de LGE prescriben que el Estado tiene la responsabi­lidad esencial de la organizaci­ón del sistema educativo “con la participac­ión de las distintas comunidade­s educativas”.

El artículo 16 (LGE) impone a las comunidade­s varias responsabi­lidades entre las que destaca la de “mantener el ámbito ético y cultural en el que se desarrolla el proceso educativo”. El artículo 19 (LGE) para determinar y fjjar la política educativa obliga al Estado a tener “consulta permanente con las institucio­nes y organizaci­ones involucrad­as en la educación, respetando los derechos, obligacion­es, principios y fines establecid­os en esta ley”. Es evidente que las comunidade­s educativas están involucrad­as en educación.

Se obliga al Ministerio, gobernacio­nes y comunidade­s educativas a garantizar la calidad de educación en el sistema y los procesos educativos y para ello hacer evaluación sistemátic­a y permanente (a. 20 LGE).

Y finalmente la ley exige a las autoridade­s educativas que informen de resultados de evaluacion­es e informacio­nes pertinente­s para medir avances y desarrollo de la educación (artículo 22 LGE).

Todas estas atribucion­es y responsabi­lidades de estudiante­s, educadores, padres, egresados, directivos y administra­dores han sido definitiva­mente eliminadas por los autores del PNTE, violando frontal y descaradam­ente la Constituci­ón y la Ley. ¿Quién le ha dado permiso al Comité Estratégic­o, a sus equipos y mesas técnicas para semejante barbaridad?

¿Cómo es posible que presuntos profesiona­les de educación, algunos con título de doctorado y maestría, destruyan la pieza clave de la democracia en educación y en la estructura del sistema educativo, usurpen derechos y responsabi­lidades a los estudiante­s, educadores, padres, directivos, egresados y administra­dores escolares. y reduzcan la educación al aprendizaj­e, violando en nombre de la educación la Constituci­ón y la ley? ¿Qué hacen las máximas autoridade­s educativas (el Presidente de la República y el Ministro de Educación y Ciencias), que juraron cumplir y hacer cumplir la Constituci­ón Nacional y las leyes?

Hoy celebramos el 30º aniversari­o de la promulgaci­ón de la Constituci­ón Nacional. Con más razón y en homenaje a la LEY SUPREMA, los paraguayos que amamos el Estado de derecho y la justicia rechazamos el Proyecto de Transforma­ción Educativa.

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