Escenario político incierto en Israel
JERUSALÉN (EFE). La coalición de Gobierno israelí intenta acelerar su final e inició los trámites para que hoy se vote la disolución de la legislatura, mientras la oposición liderada por Benjamín Netanyahu busca a contrarreloj conformar un Ejecutivo alternativo en el actual parlamento que evite otra convocatoria electoral.
Después de que el “gobierno del cambio” se formara hace un año, el actual primer ministro, Naftali Benet, y su principal socio, el titular de Exteriores, Yair Lapid, anunciaron ayer que daban por acabada la coalición tras perder su mayoría parlamentaria en abril, verse acechado por la deserción de varios diputados y afectado por constantes disputas internas.
Para poner fin a la parálisis política, Benet y Lapid acordaron ayer la disolución de la Knéset cuanto antes, lo que marcará la convocatoria automática de elecciones, que previsiblemente tendrán lugar en octubre por los tiempos parlamentarios. Tras esto, Lapid asumirá el cargo de primer ministro del Gobierno en funciones hasta la formación de un nuevo Ejecutivo que salga de esos comicios, los quintos en tres años y medio.
El Estado judío se vio inmerso en una insólita inestabilidad política los últimos años por la falta de mayorías claras y la prolongada polarización.