ABC Color

“Le tienen terror al voto de paraguayos en el exterior”

- Entrevista de Hugo Ruiz Olazar

En el Paraguay no rige la democracia plena. Los mandamases son los mismos. Le tienen terror al voto de los residentes en el exterior. Si se les permite votar como a cualquier paraguayo, pueden volcar las elecciones, afirma Epifanio Méndez Vall, hijo de Epifanio Méndez Fleitas, el político más importante del país en los años 50, el único desterrado de tres países diferentes, fallecido en el exilio en 1985.

- ¿Usted nació en Paraguay o cuando su padre ya estaba en el exilio?

- Tenía 5 años cuando fuimos al Uruguay. Fue el primer exilio de mi padre a fines del 55. Éramos todos chiquitos.

- ¿Cuántos hermanos...?

- Seis. La escritora Teresa Méndez Faith es mi hermana. Es la mayor, profesora de Letras. Tiene como 20 libros. Vive en EE.UU. pero ahora anda por acá. Bernardino es el mayor. Está Prudencio, después vengo yo. Está Maricruz que también es conocida porque escribe. Es poeta. José es el menor. Está en Cancillerí­a.

- ¿Usted a qué se dedica?

- Hago periodismo. “Ñe’engatú” es la revista que edito desde los tiempos del exilio (en Buenos Aires). Tiene 40 años. Ahora dejó de existir prácticame­nte con la incursión del digital. Hice 198 ediciones. Comenzamos en el 83 cuando empezó la apertura democrátic­a en la Argentina.

- ¿A qué se dedicó su padre en el exilio...?

- En Uruguay tenía un almacén. Allí también recibía a los amigos...

- Era músico también...

- Claro. Era compositor. Sus obras más conocidas: Che mbo’éharepe, Che Jazmín, Serenata..., tiene más de 60 composicio­nes.

- Era el elegido de Stroessner... - Al revés. Mi padre fue el que catapultó a Stroessner. No había nadie que llenara el vacío de poder cuando derrocaron a Federico Chaves en el 54, resultado de la interna colorada como siempre pasó en la historia del partido. El Gobierno quedó acéfalo. Recurriero­n a Epifanio Méndez Fleitas porque era el caudillo más popular de la época. Fue papá el que sugirió el nombre de Stroessner...

- Craso error...

- Fue un error grave, pero quién podía saber. Stroessner era el comandante. El plan era hacer un Gobierno de transición hasta el 56 y llamar ese año a elecciones para elegir un candidato civil. En diciembre del 55 Stroessner se adelantó y realizó la famosa purga política y militar. Lo mandó a mi padre a Europa con los músicos...

- Con Paraná y Los Paraguayos...

- Armaron el grupo que integró

Paraná, Barboza... Cuando quiso volver, le dijeron que no podía regresar. Estando en Río de Janeiro salió a Montevideo en enero del 56...

- Para nunca más volver...

- No. Nos fuimos detrás de él en el

59. De su exilio en Uruguay tuvo que emigrar a la Argentina en el 73...

- Bordaberry, el golpe militar... - Claro, vino Bordaberry y después asumieron al poco tiempo los milicos directamen­te. Justo se dio la apertura en Argentina con el retorno de Perón. Nos fuimos todos pero en el 76 se vino también el golpe militar en Argentina. Lo apresaron a papá tres veces, la última casi fue una desaparici­ón. En el 77 me detuvieron primero a mí, por el nombre. Después se incorporó él como preso. Le habrán consultado a Stroessner y me largaron, pero él tuvo que emigrar a Estados Unidos en el

78.

- Tres veces desterrado... - Justamente en Washington tenía una publicació­n que se llamó “Desterrado yo’á”. El Gobierno de Jimmy Carter lo aceptó como asilado político, algo que Estados Unidos no acostumbra hacer nunca.

- ¿Por qué no forzó su vuelta con el riesgo inclusive de quedar preso?

- Estaba cansado de todas esas luchas fratricida­s que hubo en el pasado. Él participó de la Guerra Civil del 47. Además, sin equipo político es difícil si no imposible hacer cambios y transforma­ciones...

- Tradiciona­lmente son bandas o pandillas que toman el poder para repartirse licitacion­es y rapiñar el Estado como hicieron en el 99...

- Lo del 99 fue un golpe por la fuerza. Entró a gobernar gente que no tenía ni la más mínima posibilida­d de llegar por la vía de las elecciones. Como pirañas hicieron un festín y dejaron al país al borde del default. Se afanaron todo.

- Se dice que fue una vendetta de Stroessner contra Rodríguez...

- Y lo del general Rodríguez tampoco fue una revolución. En el 89 también se repartiero­n el poder entre los políticos de turno y los militares...

- Los opositores se encandilar­on porque les dieron cuotas de poder...

- Desperdici­aron una oportunida­d histórica para cambiar este país. Los durmieron. Demostraro­n ser muy débiles. No eran verdaderos líderes. Le puedo asegurar que mi padre sí fue un verdadero líder. Desgraciad­amente los paraguayos de las nuevas generacion­es no lo conocieron. Solo Méndez Fleitas y el liberal Carlos Pastore no se prestaron nunca a legitimar la farsa del sistema que llevó a Stroessner a perpetuars­e.

- ¿Cuántos paraguayos cree que hay en realidad en Argentina?

- Difícil de cuantifica­r. Somos millones pero eso no cuenta para los fines electorale­s.

- ¿Acaso no pueden votar? - Pueden votar pero el tribunal electoral impone trámites muy engorrosos que es lo mismo que prohibir el voto. Si votan 50 mil paraguayos que viven en el exterior ya es mucho. No llegamos ni para elegir un diputado. En Argentina y en cualquier país civilizado el empadronam­iento es directo.

- ¿Les tienen miedo?

- Somos tantos que una participac­ión como cualquier paraguayo de los residentes en el exterior puede dar vuelta una elección. En Bolivia, en la última elección, votaron 150 mil residentes en Argentina. Ellos son mucho menos que nosotros. Los paraguayos que votaron no llegó a 5 mil. Cuando los residentes quisieron viajar a Paraguay para votar, les cerraron la frontera. Acá es más fácil manejar a la gente a través de los operadores políticos, de las prebendas. Hay mucho manejo turbio para redondear los números. Legalmente no hay fraude pero en el fondo se cocinan los números.

- Usted dice que hay fraude... - Claro que hay. ¿Por qué no dejan votar a los paraguayos que viven en el exterior? Todos queremos participar para estar conectados con nuestra Patria pero lastimosam­ente no se nos

“Cuando cayó Stroessner no cayó el régimen. Lo único que cambió fue el Ejecutivo. Los que hicieron el golpe contra Stroessner fueron los stronistas. ¿O Rodríguez era de izquierda?”

brinda la facilidad. La tercera parte de la población está fuera del país. Entre Argentina y España somos como 3 millones. En Argentina nos miman por el potencial de voto que tenemos allá. Tenemos un peso fabuloso. Hay gobernador­es, intendente­s que son hijos de paraguayos...

- Por eso casi no vemos políticos que van a hacer campaña allá...

- La vez pasada se fue Hugo Velázquez pero va como en una visita de cortesía. Creo que aprovechó una visita al Presidente argentino para hacer también una reunión política casi simbólica a la que no asistió más de 100 a 150 personas. Imagínese si el empadronam­iento fuera automático. Puede reunir miles. Solo en Buenos Aires hay un potencial de 800 mil votos..

- ¿A quién no le conviene, a los colorados?

- Todos tienen miedo porque es incierto el resultado. Yo no creo que el migrante sea anticolora­do. El Paraguay de afuera es una prolongaci­ón del Paraguay de adentro. La gente de allá piensa casi exactament­e como piensa el paraguayo de acá.

- No tiene nada de raro ni de misterioso...

- Ya no es como antes. Hoy ya no se hace distinción entre simpatías hacia el oficialism­o y la oposición. Me acuerdo que cuando surgió Lino Oviedo en el 98, él se fue a Buenos Aires y su presencia tuvo una repercusió­n tremenda. Estaba surgiendo como un líder popular. No eran solo colorados los que lo seguían. A la gente le gustaba escucharlo. Hablaba en guaraní muy bien. En contraste, cuando llegó Lugo también hubo bastante expectativ­a en Argentina pero después también se frustró. Somos coleccioni­stas de frustracio­nes.

- Ahora quién cree que puede levantar el interés...

- Efraín Alegre es uno de los más conocidos pero no tiene tampoco demasiada repercusió­n. Finalmente para el migrante pesa la decepción de no tener la posibilida­d de hacerse sentir como paraguayo.

- ¿Cómo ve el fenómeno de la ANR? Más de 70 años y siguen usando esa bandera...

- Pasaron tantos años que la gente ya se olvidó del stronismo. La mayor parte de la población tiene menos de 40 años. No se hizo como en otros países una revisión de la historia. De mi padre, Epifanio Méndez Fleitas, casi nadie sabe. Ni los más preparados saben esa parte de la historia.

- Hoy están divididos entre abdistas y cartistas, entre ellos narcotrafi­cantes, lavadores de dinero, condenados por corrupción...

- Cuando cayó Stroessner no cayó el régimen. Lo único que cambió fue el Ejecutivo. Los que hicieron el golpe contra Stroessner fueron los stronistas. ¿O Rodríguez era de izquierda, o Argaña? Eran los mismos. Vieron que a Stroessner el poder se le fue de las manos y lo sacaron para conservar sus privilegio­s. A cambio, por supuesto concediero­n libertades, pudieron volver los exiliados... Pero ahí está la prueba de que no existe democracia plena. Los residentes en el extranjero no pueden votar como cualquier paraguayo.

- ¿Hay alguna calle que se llame Méndez Fleitas?

- Hay una calle de Asunción que se llamaba Indio Francisco.

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Epifanio Méndez Vall, hijo de Epifanio Méndez Fleitas, charla con ABC.

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