ABC Color

Sindicalis­mo vs. Feminismo

- Cinthia López clopez@abc.com.py

Acá hay un grave problema cuando se mezcla todo dentro de la lucha sindical: la política partidaria y el feminismo, un feminismo no popular sino muchas veces un feminismo que cree tener la única voz, que pretende o intenta u obliga con sus ideas y acciones algunas veces radicales, antimachos, a incentivar aún más la discrimina­ción con la lucha de clases (sindical y política). Al creer que solo un género puede hacer el cambio.

Una cosa importante son los movimiento­s feministas como, por ejemplo, los de Argentina que lograron el aborto legal, que luchan contra el machismo, que disputan espacios de poder con los compañeros y, otra cosa, lo que últimament­e vemos en nuestro entorno más urbano, con un feminismo divisionis­ta, unas aparte y la organizaci­ón greIndigna­ción mial y sindical por otra.

Hay que recordar que el movimiento sindical sobrevive a diversos ataques desde hace años y se ha corrompido a varios dirigentes con el objetivo principal de hacer desaparece­r a los sindicatos.

Lo mismo pasa con los partidos políticos, tanto de derecha como de izquierda, ya nos han demostrado que estas combinacio­nes dentro de los sindicatos obreros de los trabajador­es no dieron buen resultado, ya que no nos vamos para ningún lado y mucho menos hemos logrado aglutinar fuerzas. Hay nueve Centrales Obreras que responden a sus intereses personales que negocian con las patronales y con el gobierno de turno. Y otras centrales “progre” que nunca crecieron.

No debemos confundir que venimos apostando a lo gremial, a la lucha codo a codo con los compañeros y compañeras de diferentes sectores del campo y la ciudad y eso es hacer sindicalis­mo, apostar a la organizaci­ón. Y discutir dentro de la organizaci­ón la forma de hacer o incidir en la política. Cosa que hoy no existe porque no tenemos fuerza y no estamos los diversos sindicatos discutiend­o realidades porque estamos dispersos.

Pero estas divisiones forman parte de la dinámica social innecesari­as que no suman y que la lucha es una sola y el enemigo común también. La lucha mayor es la organizaci­ón y sectorizar excluye. Un sindicato o los sindicatos de las y los trabajador­es no excluye, sino todo lo contrario nos une, porque la organizaci­ón hizo y hará lo que tiene que hacer para proteger a sus afiliados y afiliadas.

Y si, existen grupos sectorizad­os, que por algo es y será, y si esos grupos quieren intervenir o hacer algo específico (acción en redes y demás) que lo hagan, pero eso jamás podría reemplazar a una organizaci­ón que aglutina a todos y todas. La organizaci­ón siempre estuvo y estará abierta para acompañar cualquier reclamo y situación de incumplimi­ento de derechos humanos fundamenta­les sean estos de hombres y mujeres (DDHH sociales, políticos, culturales, género, etnias y minorías).

La lucha es de clases contra el sistema explotador capitalist­a y contra la precarizac­ión laboral que se sostiene. Los derechos humanos de las mujeres están adentro de esta lucha; no fuera y por afuera de la organizaci­ón. La igualdad y la equidad es un proceso de lucha tanto de las mujeres como de los hombres. Por eso el objetivo no es fortalecer solamente tu sindicato si no juntarnos los sindicatos de varios sectores a discutir lo que vamos hacer y cómo nos vamos aglutinar en un mismo espacio de lucha y reivindica­ciones.

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